“Hay muchas mujeres con altos niveles de testosterona”, recordó este viernes el portavoz del COI, Mark Adams, al hilo de la polémica abierta por la participación en los Juegos de París de la boxeadora argelina Imane Khelif, quien fue descalificada de los Mundiales de Boxeo en 2023 por ese emotivo.
“Científicamente no hay nada que diga que es un hombre que pelea contra una mujer”, subrayó Adams, que destacó que el de Khelif “no es un caso de deportista transgénero, pese a que ha habido alguna confusión”.
El criterio de elegibilidad para el COI y para la mayoría de los deportes es, dijo, “el documento de identidad”.
“Si el pasaporte dice que eres mujer, compites como mujer”, afirmó Adams, que subrayó en una conferencia de prensa que la boxeadora argelina “nació mujer, fue registrada como mujer, creció como mujer y compitió como mujer”.
El portavoz indicó que si se hiciesen caso a todas las sospechas que se abren paso en torno a la identidad sexual de las deportistas, se acabaría volviendo a los tiempos “no deseados por nadie” de los test de feminidad.
Adams indicó que “el COI siempre intenta hacer un balance entre la inclusividad y la justicia” y que la seguridad de los deportistas es su “preocupación número uno”, por lo que las boxeadoras envueltas en la polémica están recibiendo ayuda psicológica, al igual que su entorno.
La italiana Ángela Carin se retiró de su combate de octavos de final ante Imae Khelif a los 46 segundos, por entender que competía en inferioridad de condiciones.
También la taiwanesa Lin Yu-ting está en el mismo caso, desautorizada por la federación de boxeo pero admitida por el COI, organismo que, además, retiró su reconocimiento al ente boxístico por irregularidades.
El próximo combate de la boxeadora argelina será este sábado ante la húngara Anna Luca Hamori, en cuartos de final.