60 horas que estremecieron al fútbol europeo. Del domingo 18 por la noche al miércoles 21 a mediodía, cuando se concretaron las renuncias de diez de sus doce integrantes, la Superliga pasó de irrupción estruendosa a proyecto fallido.
Pero, ¿tenía sentido económico esta competición al margen de la Uefa? Se trata de uno de los debates más polémicos de la historia del fútbol.
Los promotores de este proyecto de competición consiguieron el aval del banco estadounidense JP Morgan AG, dispuesto a poner sobre la mesa un préstamo de 3.983 millones de euros para iniciar la competición, según pudo saber EFE, tras el acuerdo entre el banco y Tivalino Investment SL, firmado el pasado 17 de abril.
La oposición de Fifa, Uefa, federaciones y ligas, pero sobre todo la de los aficionados ingleses encabezados por su primer ministro Boris Johnson, acabaron haciendo que el ‘Big Six’ fuera el primero en retirarse, al que siguieron los clubes italianos y el Atlético de Madrid.
Varios expertos en el ámbito de la economía del deporte, el patrocinio y los derechos televisivos analizan para la Agencia EFE si los presupuestos económicos que señalaban los promotores de esta competición tenían sentido en la economía de la industria futbolística.