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Con un gol en el minuto 89, el español Álvaro Morata, suplente en su debut, reanimó al Milan ante el Torino y comandó la remontada que materializó el suizo Noah Okafor en el tiempo añadido ante el Torino (2-2), que con el colombiano Duvan Zapata como líder se colocó con una ventaja de dos goles.

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Impacto total el de Morata en su estreno como 'rossonero'. Compareció cumplida la hora de choque y con un marcador desfavorable, pero su actividad arriba dio alas a un Milan que luchó hasta el final para lograr un punto salvador en casa. El gol del español, de delantero puto, metiendo la punta del pie para desviar el balón hacia la portería, señaló el camino del empate.

Pero poco o nada parece haber cambiado en este Milan que, pese a haber dejado muy buenas sensaciones en pretemporada, volvió a ser muy plano, previsible y que no aprovechó el pinchazo del Inter en Génova. Ni siquiera supo aprovechar el factor casa, en un San Siro lleno, repleto de ilusión al inicio de una nueva campaña. De nuevo a remolque, de nuevo a merced del rival, obligado a remar con la marea en contra.

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Apostó Fonseca por el serbio Luka Jovic como delantero titular y por el belga Alexis Saelemaekers como lateral izquierdo, dejando al galo Theo Hernández y a Morata como suplentes, relegados a un segundo plano hasta el minuto 60.

Ya mandaba en ese minuto el Torino en el mítico San Siro con un gol un tanto extraño, pues el VAR tuvo que intervenir para dar validez a un gol que la tecnología de gol del reloj del colegiado erró al señalar.

A la media hora de juego en San Siro, un remate de cabeza del italiano Raoul Bellanova impactó en el palo y se paseó por la línea de gol hasta que cayó en los pies del alemán Malick Thiaw, que en un intento de control introdujo el balón completamente en su puerta.

Los jugadores del Torino pidieron gol viendo la jugada clara, pero el despeje del central del Milan dieron continuidad a la jugada debido a que el reloj del árbitro, Fabio Maresca, no señaló el tanto.

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Sin embargo, una de las nuevas variaciones del reglamento del campeonato italiano tenía en cuenta esta posibilidad y dio permiso al VAR para entrar de oficio y, si necesidad de que el colegiado principal revisara la acción en el monitor a pie de campo, dar validez o no al gol. La temporada pasada, esto no era posible.

Revisadas las imágenes, quedó claro la validez del tanto y, por tanto, subió al marcador como autogol del central 'rossonero'.

Intentó reaccionar rápido el Milan y encontró sus mejores aliado para esta misión en el luso Rafael Leao y el estadounidense Christian Pulisic. Entre ellos fabricaron una gran jugada que finalizó el luso topándose con una gran estirada del serbio Vanja Milinkovic-Savic.

Entraron Theo y Morata para intentar darle la vuelta y el Milan cambió radicalmente. En su primera intervención cayó dentro del área y provocó un penalti que permitió ilusionarse a los aficionados presentes. Sin embargo, el VAR volvió a intervenir para que el colegiado revisara la jugada y decretara pocos segundos después que no hubo contacto para pitar la pena máxima.

Ahí parecieron terminar las opciones de los locales, que parecieron estar definitivamente fuera del partido tras el gol de un Zapata que se estrenó con el brazalete y que no falló a su cita con el gol, aprovechando un centro del austríaco Valentino Lazaro para imponerse por arribar y poner el 0-2 definitivo.

Volvió a la carga a la desesperada el Milan y encontró recompensa al ocaso del encuentro, justo después de que le anularan un gol en clamoroso fuera de juego al protagonista de milanista de la noche. Porque Morata, en apenas media hora, dio mucha versatilidad arriba al Milan y supo aprovechar sus minutos para reivindicar un puesto en el once.

Metió el pie en un disparo del neerlandés Tijjani Reijnders y desató la locura en San Siro, en la que reinó Okafor, siempre dispuesto a brillar en el caos, autor de nuevo de un gol decisivo como los que acostumbró la pasada campaña. Empatado el duelo en el minuto 95, no pudo el Milan cerrar la remontada completa, pero se marchó con un punto con el que no contaba. Morata se estrenó por todo lo alto.