El Paris Saint Germain, con Kylian Mbappé al mando, erigido como máximo goleador en la historia del club, sacó adelante con estrecheces y más apuros de los esperados el compromiso ante el Nantes (4-2) condicionado por la visita el miércoles a Múnich para disputar ante el Bayern la continuidad en la Liga de Campeones.
El compromiso, en medio de una cita vital en la Liga de Campeones, ensalzó la figura de Kylian Mbappé que redondeó la victoria de su equipo, anotó el gol 201 para erigirse como el máximo goleador en la historia del club parisino.
Una temporada más, a pesar de los deslices poco habituales del cuadro de Christophe Galtier, el título de la Ligue 1 está encauzado. Ya son once los puntos de ventaja sobre el Marsella, segundo. Serán ocho en el caso de que el combinado marsellés gane el domingo su compromiso de la vigésima sexta jornada ante el Stade Rennes.
Es la Champions lo que motiva al campeón francés. Está con un pie fuera de Europa después de caer en el Parque de los Príncipes en la ida. Pero acude a Múnich con vida, con la única necesidad de ganar para permanecer en el torneo.
No le costó un disgusto la distracción europea porque la distancia del PSG con el resto es sideral y enderezó el encuentro en cuanto quiso a pesar del empuje del Nantes que alcanzó el intermedio con el partido abierto.
El prometedor arranque del París Saint Germain aventuró una goleada que no llegó. Fue absoluto el dominio del cuadro parisino como suele ocurrir en cada compromiso en la Ligue 1. No reservó nada Christophe Galtier para Múnich que pensó en cerrar cuanto antes el compromiso y después, llegado el caso, dosificar energías.
De eso tenía pinta el duelo porque la gran motivación que apuntó Leo Messi puso el partido de cara al cuarto de hora. En cuatro minutos el partido pareció encarrilado. En el minuto 13 entró en acción el astro argentino. Gestó la jugada del primer gol. Abrió el juego a la izquierda y llegó al área para llevar a la red un centro de Nuno Mendes desde la izquierda.
A continuación llegó el segundo. Nuno Mendes otra vez aprovechó su carril y lanzó a portería. Pudo desviar con el pie el meta Alban Lafont pero al rechace acudieron Nordi Mukiele y Jaouen Hadjam que terminó por enviar la pelota a su propia portería.
Diecisiete minutos y 2-0. Insalvable apuntaba el panorama para el campeón de la Copa de Francia. Pero todo cambió en el último cuarto de hora antes del intermedio. La relajación le costó caro al PSG. En el 31 el Nantes recortó con un tiro, escorado, casi sin ángulo, desde la izquierda de Ludovic Blas que pilló a Gianluigi Donnarumma mal colocado. El balón entró por el primer palo ante la sorpresa del portero italiano.
Messi pudo ordenar la situación justo a continuación pero su tiro, desde la frontal, rozó la escuadra.
La zaga parisina quedó en evidencia en el gol del empate del Nantes. A siete del intermedio. En un saque de esquina botado por Florent Mollet que cabeceó, en el primer palo, el camerunés Ignatius Ganago que acertó a marcar y empatar.
Poco a poco decayó la resistencia del Nantes decayó. Fue suficiente para el PSG el talento de sus jugadores. La aportación de Messi y la irrupción de Kylian Mbappé que creció en la segunda mitad.
Entre ambos fabricaron el tercer gol que culminó Danilo Pereira, de cabeza, a la hora de juego, después de un centro del astro francés desde el vértice del área.
Encontró su momento Mbappé que buscó desaforadamente el gol. Llegó al final, en el último tramo, en el tiempo añadido, para culminar, a la media vuelta un pase de Timothee Pembele que le erigió en el máximo goleador de la historia del cuadro parisino.