El desplome de los mercados bursátiles en China provocó este lunes el peor inicio de año en Wall Street desde 2008, con el Dow Jones, su principal indicador, cayendo al cierre 1,58 % y el índice Nasdaq por debajo de los 5.000 puntos.
En algunos momentos alrededor de la media sesión, el Dow Jones llegó a caer más de 400 puntos, una tendencia que de haberlo llevado por debajo de la barrera de los 17.000 enteros podía haber conducido a Wall Street a su peor inicio en 82 años de no haberse experimentado una remontada de última hora.
Aún así, el rojo manchó un cierre que hay que achacar, en gran parte, a datos de la economía china.
Por primera vez en su historia, las bolsas chinas cerraron hora y media antes de lo normal debido a la caída de un 7 % en un indicador conjunto, justo en el día de estreno de ese mecanismo, parte de las nuevas medidas para estabilizar los mercados.
Al otro lado del Atlántico, los mercados también cerraron la jornada con fuertes pérdidas que se elevaron al 4,28 % en Fráncfort, al 3,2 % en Milán, al 2,47 % en París, al 2,42 % en Madrid y al 2,39 % en Londres.
Pero más allá del varapalo asiático no hay que olvidar el motor que en las últimas semanas mueve los designios de las bolsas mundiales: el petróleo.
El crudo sigue en pérdidas, con el miedo añadido a un dólar fuerte que dificulta las importaciones de las preocupaciones porque un posible levantamiento de las sanciones a Irán rebose aún más de provisión de crudo un mercado donde sigue aumentando la oferta por encima de la demanda, con la consiguiente bajada de precios.
Las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y la relación diplomática de Arabia Saudí con la región también prometen marcar la tendencia en los próximos meses para el crudo y, por consiguiente, para las bolsas de todo el mundo.
Tampoco ayudó a la primera sesión en Nueva York un dato económico peor de lo esperado, ya que el gasto en el sector de la construcción en Estados Unidos cayó un 0,4 % en noviembre, hasta una tasa acumulada interanual de 1,12 billones de dólares.
Los analistas habían pronosticado para noviembre un alza del gasto de entre el 0,7 % y el 0,9 % y finalmente la caída registrada ese mes fue la primera en casi año y medio, y siguió al aumento del 0,3 % registrado en octubre.
Wall Street encara un año electoral en EE.UU. que promete volatilidad igualmente por la Reserva Federal, aunque por el momento el petróleo siga siendo el sospechoso habitual en los mercados de Nueva York.