La multinacional estadounidense del transporte compartido Uber anunció este jueves unas pérdidas de 4.711 millones de dólares en la primera mitad de 2020, unas cuentas fuertemente lastradas por la pandemia de COVID-19 y la drástica reducción de la movilidad.
La firma de San Francisco ingresó entre enero y junio 5.784 millones, un 7,6 % menos que en el mismo período del ejercicio anterior, y sus accionistas se dejaron 2,72 dólares por título.
Uber, una de las principales representantes de la llamada economía colaborativa junto con Airbnb, ha visto cómo su actividad principal, el transporte de pasajeros, se desplomaba durante los peores meses de la pandemia, y ha recurrido a servicios alternativos como la entrega de comida o de mercancías para tratar de amortiguar el golpe.
En el segundo trimestre, la facturación por transporte de personas ha caído un 67 % interanual hasta 790 millones de dólares, algo impensable hace solo seis meses, cuando los viajes en Uber crecían a buen ritmo y constituían, con gran diferencia, la principal fuente de ingresos de la empresa.
Ahora, sin embargo, ese título lo ostenta Uber Eats, el servicio de entrega de comida a domicilio, que ha crecido un 103 % con respecto al año pasado y ya factura 1.211 millones trimestrales, muy por encima del transporte de viajeros.
También al alza pero muy por debajo de la entrega de comida se encuentra el transporte de mercancías, con una subida del 27 % y 211 millones de dólares de facturación.
En mayo, la última vez que presentó resultados, el consejero delegado de la firma, Dara Khosrowshahi, lanzó un mensaje optimista de cara al futuro al asegurar que en abril se había 'tocado fondo', pero que ya estaban apreciando una cierta recuperación en las últimas semanas.
Los rebrotes del coronavirus desde entonces, sin embargo, han hecho descarrilar esas proyecciones, y el transporte de pasajeros lejos de recuperarse ha seguido en cifras muy inferiores a las habituales.
Por ello, en esta ocasión Khosrowshahi optó por centrarse en el buen momento de Uber Eats, al que calificó de 'protección natural' para el negocio y evitó cualquier referencia de futuro en relación al transporte de pasajeros.
Las cuentas de Uber sembraron decepción en Wall Street y sus acciones se dejaban un 1,84 % hasta 34,12 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los mercados neoyorquinos.