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A punto de cumplirse un año de la aprobación de la Ley 2120 de 2021 o Ley de Comida Chatarra, que exige brindar información clara sobre los alimentos procesados a los consumidores por medio del etiquetado frontal, aún no se ha puesto en marcha esta iniciativa.

El etiquetado frontal consiste en sellos que alertan sobre los altos niveles en azúcar, sodio y grasas saturadas que tienen determinados productos alimenticios.

El retraso en la implementación de lo establecido en esta ley ha generado polémica nacional, especialmente por las diferencias de criterios en cuanto al diseño del sello que deben exhibir los empaques.

Los promotores de la ley esperaban una reglamentación que determinaría que el etiquetado en el empaque debía ser monocromático y en forma octagonal.

No obstante, en la Resolución 810 del Ministerio de Salud, expedida antes de la sanción de la ley, se determinó que el modelo del etiquetado consistía en un símbolo circular de fondo color negro y borde blanco.