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Ana Hernández es una madre soltera con dos hijos de 6 y 9 años. Desde que sus niños comenzaron su etapa escolar, los acostumbró a darles de merienda productos como galletas, gaseosas, papas fritas empacadas y bebidas a base de malta, que es lo que normalmente sus hijos les gusta comer en el receso de su actividad. Ahora su preocupación radica en que el precio de todos estos productos subirá a partir de noviembre.