Un total de 70 hojas de vida ha enviado en tan solo un año Andrés Hernández, un joven barranquillero de 28 años que es profesional en Negocios Internacionales y se ha sentido frustrado debido a la carencia de oportunidades laborales.
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“La mayoría de esos trabajos piden mucha experiencia, y otros no quieren pagar lo que realmente es para esos cargos. Me he desesperado al punto de querer emigrar a otra ciudad o incluso irme del país. Todo cuesta y cada vez es más difícil”, aseguró Hernández, quien confesó que desde que se graduó como profesional, no ha podido encontrar un empleo afín de lo que terminó estudiando.
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Otro caso viene siendo el de Lorena Olivares, una joven de 25 años que reside en el municipio de Sabanagrande, Atlántico. Ella cuenta que solo ha tenido una experiencia laboral en su vida desde que se graduó como profesional en Administración en Salud Ocupacional, y desde que finalizó contrato, no ha podido encontrar más oportunidades de lo que estudió.
“Se siente uno con gran impotencia ante la falta de oportunidades laborales. La razón por la cual no quedo en muchos de los procesos es por la carencia de experiencia, más allá que he tenido un trabajo, pero es muy difícil ante la exigencia de las empresas. Esto me da a entender que ser profesional no te garantiza que vayas a brillar en el ámbito laboral”, resaltó Olivares en diálogo con EL HERALDO.
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En ese sentido, agregó que tiene un emprendimiento dedicado a la venta de relojes, collares y anillos, todo con el fin de obtener alguno que otro ingreso mientras sale su empleo soñado.
Pero esto no solo aplica para los que son únicamente profesionales, sino también para los que son técnicos o tecnólogos. De acuerdo con María García, una joven barranquillera de 21 años, que es auxiliar contable, manifestó que tras su culminación de su primer empleo, en donde le fue bien, no ha podido ingresar al mercado laboral.
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“He aplicado en este último mes a 8 procesos, pero no me sale absolutamente nada. Es desesperante porque uno quiere salir adelante, ayudar a mi familia y es cada vez más difícil encontrar oportunidades de trabajo. A veces me rebusco con una amiga de mi madre que tiene un pequeño negocio y de vez en cuando me dice que le realice trabajos en el ámbito contable”, dijo García.
Este panorama de desempleo se agudiza en Colombia, en especial para los jóvenes. Luego de conocerse que la tasa de desempleo en el país a nivel general aumentó de 10 % a 11,3 % para el mes de marzo del presente año, también se le suma un preocupante análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) frente a la situación que enfrenta la juventud colombiana en términos de empleo.
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Según el informe ‘Panorama del Empleo Juvenil en Colombia’, los jóvenes de entre 14 y 28 años representan el 24 % de la población total del país, con 12,7 millones de personas. Sin embargo, según la OIT, esta cifra refleja una tendencia a la baja, lo que plantea desafíos significativos en materia laboral para el futuro cercano.
Acorde con lo que plantea el informe, de estos jóvenes, 11.9 millones están en edad legal para trabajar, siendo 6.01 millones hombres y 5,89 millones mujeres. La mayoría se concentra en cinco departamentos principales, incluidos Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca, Atlántico y Bolívar, así como en la capital, Bogotá.
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El informe revela disparidades alarmantes en las tasas de desempleo entre hombres y mujeres jóvenes. Mientras que la tasa de desempleo general para hombres alcanzó el 7,7 % en 2023, para los hombres jóvenes fue del 13,4 %. Del mismo modo, la tasa de desempleo general para mujeres fue del 11,6 %, pero para las mujeres jóvenes llegó al 20 %.
La situación se agrava al observar que la ocupación juvenil ha experimentado una disminución constante desde 2016, alcanzando sus mínimos durante la pandemia, con una recuperación lenta en 2023 que aún deja al país en niveles inferiores a los de 2018, año previo al estallido social.