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En septiembre, el gasto de los hogares alcanzó los $87,2 billones, lo que significó un aumento del 5,76 % en relación con el mismo mes del año pasado cuando estuvo en $82,4 billones. Sin embargo, en términos reales, el crecimiento fue de apenas -0,04 %, lo cual, aunque no implica un aumento en el consumo, podría estar dando las primeras señales de un cambio en el comportamiento del gasto.

Este dato, que fue revelado por la consultora Raddar, señaló que esto ha sido impulsado principalmente por una desaceleración en la inflación, especialmente en sectores clave como los alimentos y los bienes duraderos.

En ese sentido, se reveló que a pesar de esta mejoría, la recuperación sigue siendo desigual entre los distintos estratos sociales.

Los hogares de ingresos bajos y medios siguen enfrentando desafíos importantes, ya que en el tercer trimestre del presente año, el gasto en estos hogares se desplomó en comparación con el trimestre anterior, debido a los altos precios en bienes esenciales.

“Uno de los gastos que refleja esta situación es el pago a servicios públicos. Aunque ha habido una leve desaceleración, los servicios aún registran una inflación del 8,62 % en septiembre de 2024, afectando directamente el presupuesto de los hogares. Esto, sumado a los actuales precios de los bienes no durables, añade una presión adicional al consumo de las familias en el país”, indicó la consultora.

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Por su parte, los hogares de ingresos altos han mostrado una mayor capacidad de respuesta, impulsados por un entorno laboral más estable y una mejor capacidad para aprovechar las bajas tasas de interés. Dicho segmento registró un aumento notable en su consumo, beneficiándose de factores como la prima de mitad de año y la reactivación en las ventas de vehículos y viviendas.

Raddar sostuvo que un factor clave que impulsó esta moderada reactivación es el comportamiento del crédito, puesto que en el noveno mes del año, la colocación de créditos creció un 4,9 % en relación con el mismo mes del año anterior, con el crédito hipotecario liderando el crecimiento, al registrar un aumento del 12,4 %.

“Esto ha permitido a algunas familias acceder a bienes de alto valor, como vivienda y automóviles, pero el uso de tarjetas de crédito no ha mostrado un aumento significativo. Este comportamiento refleja la cautela con la que los colombianos están utilizando las herramientas de crédito, prefiriendo limitarse a pequeñas compras o aprovechar promociones específicas. Aunque la colocación de crédito muestra signos positivos, este comportamiento no ha llegado a toda la población”, dijo Raddar.

En materia de expectativas para el último trimestre del año esperan que este sea decisivo para determinar si la recuperación del gasto se consolida con fechas claves como el Black Friday y la temporada de Navidad.