Compartir:

Roxana García es una joven barranquillera de 24 años. Es profesional en Negocios Internacionales y actualmente se encuentra desempleada. Ella le contó a EL HERALDO dos motivos por los cuales no ha podido encontrar el empleo soñado, o al menos una oportunidad para ayudar de alguna u otra manera a su familia, conformada por su señora madre y su hermano de 19 años.

“En el 2024 envié aproximadamente 69 hojas de vida, no solamente para trabajos en Barranquilla, sino también para Bogotá, Medellín y Cartagena. Me he venido moviendo en ese sentido, pero lastimosamente muchas de esas empresas piden demasiada experiencia, y me desmotiva mucho. Uno recién salido de la universidad ¿qué experiencia puede tener uno? Ninguna, quizás las prácticas. Eso es frustrante”, comentó la joven barranquillera.

Otro aspecto que la desmotiva por completo es el salario. “No es justo que uno siendo profesional le quieran a uno pagar hasta un salario mínimo”.

Cristian Miranda es un joven de 26 años oriundo de María La Baja, Bolívar, pero lleva  11 años viviendo en Barranquilla. El cuenta con dos titulaciones de carácter técnico: es comunicador y productor en medios audiovisuales, y también cuenta con un técnico en comercio exterior. Cuando terminó sus prácticas en una empresa de Malambo relacionada con comercio exterior en el año 2019, no ha logrado hasta la fecha de hoy encontrar un trabajo.

“Es frustrante no ejercer alguna de mis dos titulaciones, ya que todas esas empresas piden mucha experiencia, hasta de incluso 5 años. Lo que estoy haciendo ahora para no quedarme haciendo nada es ayudando a mi papá en un trabajo independiente que tiene el, pero no es el deber ser para mí. Yo quiero salir adelante, pero lastimosamente no veo oportunidades por más que logre buscar. En el último semestre de 2023 envié 57 hojas de vida, y aunque en 9 de ellas lograba realizar la entrevista, no era suficiente. Ya no me llamaban, y me mucha tristeza e impotencia por eso”, relató Miranda.

Al igual que estos dos testimonios, existen miles de historias del panorama complejo que está viviendo específicamente Barranquilla y Soledad en materia de desempleo juvenil, una situación que sigue sin resolverse, y por el contrario, va aumentando este indicador.

Los datos

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), para el trimestre de septiembre a noviembre de 2024, la tasa de desempleo juvenil (de 15 a 28 años) en estos territorios subió de 16,6 % a 24,3 %, lo que representó un aumento de 7,7 puntos porcentuales frente a igual trimestre de 2023.

De acuerdo con la entidad, hay 54 mil jóvenes desempleados en Barranquilla y Soledad, con un incremento de 16 mil jóvenes si se compara con igual periodo de 2023, cuando había 38 mil desempleados. A su vez, se reveló que en la actualidad hay 168 mil jóvenes con empleo, y también representó un descenso de 26 mil si se compara con el trimestre de septiembre a noviembre de 2023, cuando había 194 mil jóvenes con trabajo.

El panorama del desempleo juvenil en Barranquilla y Soledad es crítico incluso si lo comparamos con la tasa nacional, ya que en igual trimestre, la tasa de desocupación en Colombia fue del 15,7 %. Esto representó una reducción leve de 0,3 puntos porcentuales si se compara con el periodo de septiembre a noviembre de 2023, cuando estuvo en 16 %.

Lo que resulta también preocupante es la cifra considerable de jóvenes entre 15 y 28 años que están fuera de la fuerza laboral en Barranquilla y Soledad. Aclaremos algo, se entiende por fuera de la fuerza laboral aquellos que no están buscando empleo, es decir, personas que desistieron de enviar hojas de vida, o en su defecto no quieren trabajar. Otros ejemplos son los que se encuentran estudiando o realizando otras actividades que están fuera de la fuera de la fuerza laboral.

En ese sentido, para el trimestre de septiembre a noviembre de 2024 habían 218 mil jóvenes fuera de la fuerza laboral, lo que representó un aumento de 2 mil si se compara con igual periodo pero de 2023 cuando habían 216 mil jóvenes en esa condición.

Las causas

La Cámara de Comercio de Barranquilla y el centro de pensamiento Fundesarrollo, realizaron un informe de coyuntura económica, en el que fueron claros en revelar que sectores clave de la economía de Barranquilla, como la industria manufacturera, el sector energético y la construcción, registraron un desempeño negativo.

De acuerdo con la directora de Fundesarrollo, Oriana Álvarez, esta desaceleración económica podría estar limitando las oportunidades de empleo para los jóvenes, creando un círculo vicioso en el que la falta de oferta laboral y los bajos incentivos para buscar trabajo contribuyen al desempleo juvenil.

Por otra parte, Roberto Luis Hernández, profesor de la Institución Universitaria CEIPA, expresó en diálogo con EL HERALDO que esto viene siendo un tema cíclico en torno al orden y la transición que está teniendo la demografía.

“Hay que recordar muy bien que la palabra desempleo en términos económicos son personas que están tocando la puerta, pero el detalle está en que como son muchos jóvenes que se encuentran estudiando, o que ya dejaron de estudiar porque ya se profesionalizaron, se ha revelado un aumento en el desempleo, pero también en la población fuera de la fuerza laboral. El problema está en que esos que están buscando, todavía no son absorbidos completamente”, dijo.

En ese sentido, agregó que el reto es demasiado grande, ya que las empresas en el territorio no les brindan esas oportunidades de trabajo, especialmente para el primer empleo, y que esto conlleva a que muchos jóvenes se abran paso a otros mercados que generalmente son del exterior.

“Vemos muchos jóvenes que están trabajando en freelance, que están trabajando para empresas en Estados Unidos desde acá, como es el caso de los diseñadores gráficos, diseñadores industriales, incluso odontólogos están ofreciendo sus servicios a distancia, he conocido casos de estas personas que envían las placas desde aquí hacia Estados Unidos, entonces, el panorama de los jóvenes tiende a ser más positivo afuera que aquí”, explicó Roberto Hernández.

Fernando Salazar, profesor investigador de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, manifestó que los profesionales recién egresados, al no tener experiencia, no están siendo llamados para procesos de selección y en ocasiones prefieren no trabajar por los bajos niveles de salario y garantías que les ofrecen las empresas, sin que se vea esto como una falla o falta de las organizaciones, pues estas también responden a las condiciones de las dinámicas del mercado en términos de oferta y demanda.

Jaime Rendón, director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales de la Universidad de la Salle, precisó que este fenómeno se ha agudizado, particularmente en los jóvenes, en gran parte, por la carencia de oportunidades tanto para acceder a la educación como a un trabajo.

“Muchas de estas personas no tienen oportunidades de educación, y fuera de ello también tiene la dura tarea de conseguir empleo para poder ayudarse a sí mismos y a sus familias”, puntualizó Jaime Rendón.

La comunicación es clave

Oriana Álvarez, directora de Fundesarrollo, le dijo a este medio que las empresas valoran cualidades como la comunicación y la capacidad para trabajar en equipo y la adaptabilidad.

“Si los jóvenes no desarrollan estas competencias, pueden ser descartados, aunque tengan la formación necesaria. Eso es lo que más ha impactado a la hora de escoger al nuevo personal por el lado de las empresas”, señaló Oriana Álvarez.

Eduardo SaninDesempleo juvenil en Barranquilla y Soledad.