Sin pertenecer formalmente, Meira Delmar hizo parte de la grandeza cultural que representó el Grupo de Barranquilla, esa reunión intelectual que se gestó en La Cueva integrada exclusivamente por hombres.

Por esos caprichos de la vida nunca pisó el santuario de la intelectualidad de la capital del Atlántico donde se congregaban Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas Cantillo, Alfonso Fuenmayor, Ramón Vinyes y José Félix Fuenmayor. No se le permitió.

Sin embargo, eso no fue osbtáculo para que Olga Chams Eljach hiciera sus aportes al desarrollo cultural de la ciudad que la vio nacer.

La tertulia del Grupo de Barranquilla se trasladaba a la terraza de su casa, así que su presencia y su creatividad terminaron imponiéndose y convirtiéndose en el más destacado legado que mujer alguna haya podido hacer a la poesía y a las letras de este país. Describen algunos de los estudiosos y conocedores de la lírica de la poetisa y de su vida que estos intelectuales la consideraban “un faro de luz”.

Y es que de esa magnitud es la generosidad que caracterizó a Meira Delmar, quien durante 36 años fue la guardiana de los libros y de la historia contenida en la biblioteca departamental que hoy lleva su nombre, y que en homenaje a ella recibirá una inversión de 2 mil millones de pesos para su recuperación y adecuación por parte de la Gobernación del Atlántico.

El valor de su obra literaria no tiene discusión alguna, así se lo reconocieron personajes de la talla de Juana de Ibarborou, Gabo y Álvaro Mutis, entre otros. Como tampoco tiene discusión el legado que para tantas generaciones dejó en el ámbito cultural. A ella se le atribuye el fuerte impulso que dio para su creación y puesta en funcionamiento al teatro Amira de la Rosa, por el que desfilaron tantas obras y exposiciones artísticas, y que esperamos, bajo la batuta del Banco de la República, quien lo tiene a su cargo, pueda volver a ser el epicentro de la cultura en Barranquilla

Evocar a Meira, más allá del contenido de su poesía relacionada con el mar, con la naturaleza, con el amor, es evocar a una mujer visionaria, que supo insertarse en el mundo cultural logrando que revistas cubanas publicaran sus primeros poemas bajo el seudónimo que la hizo célebre.

Se cuentan por cientos los alumnos a los que Meira Delmar, en su labor como docente y guía, les inculcó el amor por las letras. En EL HERALDO nos unimos a la celebración del natalicio de la poetisa más importante de la historia de Colombia, reconstruyendo su vida y sus aportes a través de quienes tuvieron el privilegio de conocerla o de estudiar su obra.