Durante muchísimos años la calle 72 fue el epicentro de la actividad comercial, cultural, recreativa, gastronómica y de rumba en el norte de Barranquilla. Era el punto obligado de encuentro de los barranquilleros, pues sobre esa vía permanecen el estadio de fútbol Romelio Martínez, el de baloncesto Elías Chegwin y el parque Surí Salcedo, que han sobrevivido al paso del tiempo y con las inversiones del Distrito se dieron un retoque o más bien toda una transformación de modernidad que los mantiene más vigentes que nunca en su principal actividad: el deporte, pero también como escenario para la música y la cultura.

Otroras épocas de la ciudad, la emblemática 72 era llamada la avenida John F. Kennedy, nombre que mantuvo hasta hace unos 60 años cuando el gobierno de la época comenzó a utilizar la nomeclatura urbana actual.

No cabe duda de que el nombre del presidente número 35 de los Estados Unidos resultó muy apropiado para una calle donde también se erigieron los icónicos almacenes de gran superficie Vivero, Ley y Tía, así como apartahoteles y hoteles que han logrado mantenerse con los años como Davega, Eslait y el Hotel El Prado, todo un patrimonio de la ciudad.

Sobre sus aceras también estaban tradicionales restaurantes y discotecas que concitaban a los barranquilleros –Saraos, El Mediterráneo y la sobreviviente Heladería Americana– y el ya deteriorado y emblemático edificio Avianca, cuyo centro cultural albergó las mejores exposiciones de arte en la capital del Atlántico.

Es que evocar la historia de la calle 72 es evocar las épocas doradas de una Barranquilla donde desde siempre el comercio ha sido vital para su economía. Justamente a lo largo de sus 2,5 kilómetros era posible encontrar todo tipo de almacenes: de zapatos, ropa, telas, muebles, accesorios, panaderías, talleres, de todo como en botica se conseguía en la 72. Era el gran centro comercial de la ciudad, cuando no existían las grandes moles que hoy se encuentran en cualquier localidad. Por eso todos, sin importar el estrato de su vivienda, terminaban en la calle 72 para hacer sus compras.

Sin embargo, las grandes ciudadelas y el cambio de visión, en busca de lograr que en las localidades y barrios los ciudadanos puedan tener todo a su alcance, fueron apagando el esplendor de la calle más emblemática y concurrida de la Arenosa, deteriorándose su pavimento, e insuficiente para el tráfico y para ofrecer espacios públicos de calidad y accesibilidad para sus transeúntes y usuarios.

La buena noticia es que este año la calle 72 tendrá, como quien dice, un completo overhaul que le cambiará la cara. Justamente anoche se divulgó la firma elegida entre las 60 firmas que presentaron 25 propuestas dentro de la licitación pública abierta por la Alcaldía de Barranquilla.

Esta misma semana se firmará el contrato y, según lo había anticipado el Distrito, la meta es que la vía quedé al servicio el 31 de diciembre de este año.

Para cumplir ese propósito se invertirán 22.201 millones de pesos en la reconstrucción del pavimento, se recuperarán los andenes aplicando criterios de accesibilidad universal con la instalación de rampas y guías táctiles.

La intervención también contempla la ejecución de cerca de 3 mil metros cuadrados de parqueaderos longitudinales para mejorar la capacidad de parqueo, además de la subterranización de redes eléctricas y de comunicaciones, sustitución de tuberías, iluminación y toda una serie de trabajos que buscan convertir a la calle 72 en una vía segura, moderna y accesible.

Barranquilla necesita recuperar la movilidad en sus arterias viales principales, renovando urbanísticamente su apariencia y facilitando el uso de los ciudadanos peatones y también de los conductores, de manera que el transporte público también pueda insertarse con su servicio en la dinámica de la ciudad y mejorando los tiempos y también la sensación de seguridad a lo largo de todo el gran tramo que hará parte de la ambiciosa y esperada intervención desde la carrera 38 hasta la Vía 40.