Que vengan todos, después veremos cómo los ubicamos”, es una de las frases que más ha retumbado del papa Francisco tras su fallecimiento, y que recuerda a la humanidad que su pontificado estuvo marcado por una Iglesia más inclusiva, en la que hay cabida para cada persona bajo el manto del amor y la fe, legado que millones esperan se preserve con la elección del siguiente vicario de Cristo.
Para construirla, su labor no solo se limitó a discutir asuntos delicados alrededor de los preceptos de la iglesia, sino que fue mucho más allá al inspirar a través de sus propios atributos personales: la compasión por todo ser humano –que le valió ser llamado el ‘papa de las periferias’– y su humildad para reconocer errores, asumirlos y hablarle al mundo con claridad sobre ello. Algo nunca antes visto en su rol.
Con lo anterior, Francisco hizo de la Santa Iglesia un espacio en el que las voces de grupos tradicionalmente marginados hallaron también un padre, por lo que muchos se acercaron más a las doctrinas católicas y dieron su voto de confianza al primer papa latinoamericano, mismo que optó también por la transformación incluso de su lenguaje para llegar a las masas. Mientras que Jesús usó parábolas y el apóstol Pablo cartas, Francisco utilizó en muchas oportunidades las redes sociales, bajo el entendimiento del alcance que estas tienen, por lo que también se le conoció entre las juventudes como el “primer papa digital”. Tenía más de 53 millones de seguidores en nueve cuentas oficiales de X en múltiples idiomas, y otros más de 10 millones de seguidores en Instagram.
Así mismo, Jorge Mario Bergoglio le abrió las puertas también a una comunidad preocupada por el medio ambiente. Fueron muchas las ocasiones en las que criticó a las sociedades de consumo y pidió a las personas cambiar sus hábitos para cuidar al planeta y darle un futuro a las generaciones venideras. Para él, lo que acontece en el mundo es una “crisis ecológica” y en su discurso en la Cop28 de Dubái –en diciembre de 2023– aseguró que la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios.
El papa relanzó en distintos escenarios los llamamientos ya expresados en Laudato si y Laudate Deum y reiteró su preocupación por los datos del cambio climático que “empeoran año tras año. Es urgente, por tanto, proteger a las personas y a la naturaleza”, afirmó en su momento.
En ese sentido, su mensaje caló también gracias a la sencillez de sus actos, reflejados en cambios en su día a día que hicieran la diferencia, como el uso de un Ford Focus para transportarse, y en el que además se le veía feliz y sonriente tomándose ‘selfies’ con sus asombrados seguidores.
De igual forma, la elección de la basílica de Santa María la Mayor para ser enterrado constituyó un acto diferenciador de su mandato. Para él, la conexión era profunda con este templo dedicado a la Virgen, a quien le guardó especial devoción durante su vida, visitándola 126 veces en sus doce años de pontificado.
El cardenal Rolandas Makrickas narró al mundo que la propia Virgen María fue quien “inspiró” al papa a pedir su tumba allí: “La Virgen me ha dicho ‘prepara la tumba’”, le había dicho Francisco a Makrickas en 2022 a través de una llamada, según reportó el sitio oficial del Vaticano. Muchos aseguran que de ahí también su esfuerzo por elevar el rol de la mujer, tanto en la sociedad como en la misma iglesia.
Los migrantes, además, estuvieron en el centro de sus oraciones, tanto así que en la homilía de su funeral se hizo mención a ello. El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, dijo que el papa Francisco se afanó por “construir puentes y no muros”. Un mensaje directo y concreto que resaltó en medio de sus luchas.
“Es significativo que el primer viaje del Papa Francisco fuera a Lampedusa, isla símbolo del drama de la emigración con miles de personas ahogadas en el mar. En la misma línea fue también el viaje a Lesbos, junto con el Patriarca Ecuménico y el Arzobispo de Atenas, así como la celebración de una misa en la frontera entre México y Estados Unidos, con ocasión de su viaje a México”, destacó el cardenal decano.