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Si un cáncer no le hubiera ganado la batalla con solo 33 años, Eva Perón, la ‘eterna primera dama del pueblo’ en Argentina y por siempre conocida como Evita, cumpliría el martes un siglo de vida. Pero su ausencia física, lejos de llevarla al olvido, no ha hecho sino blindarla como mito político y social en el mundo entero.

De cuna humilde e hija 'bastarda' de un terrateniente, Eva Duarte triunfó como actriz antes de alcanzar la gloria como esposa del presidente Juan Domingo Perón, cuando deslumbró clamando a favor de los pobres con su icónico moño, brillantes joyas y trajes de alta costura de Christian Dior, Marcel Rochas o Pierre Balmain.

'Hablaba de justicia social y sobre todo de igualdad entre varones y mujeres, pero también para que no hubiera ricos tan ricos, ni pobres tan pobres', cuenta a Efe Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Evita.

Sus apasionados discursos a las masas desde el balcón de la Casa Rosada, su viaje a Europa en 1947 -recibida por todo lo alto en España por el dictador Francisco Franco- y su campaña para lograr el voto femenino en Argentina, aprobado ese mismo año, la convirtieron en un símbolo.