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El estadounidense Matt Damon siempre ha querido ser actor. Más de tres décadas de exitosa carrera profesional después, no escondió este viernes en el Festival de Cannes que aunque puede ser un negocio 'fantástico, también es brutal'.

El intérprete, de 50 años, señaló que lo dejará en cuanto pierda el entusiasmo, pero en su conversación ante periodistas y público en una clase magistral del certamen, que se celebra del 6 al 17 de julio, no dio atisbos de que ese momento esté cerca.

'Me gusta mucho hacer esto. Siempre me ha gustado. Cuando postulé para la universidad, mi primera frase decía que desde que tengo memoria he querido ser actor', dijo el mismo día en que presentó fuera de competición Cuestión de sangre (Stillwater), de Thomas McCarthy.

El actor habló en terreno favorable, con un público entregado que lo recibió en pie, pero demostró en poco más de hora y media por qué pese a su estatus de estrella se le sigue viendo como a un tipo normal.

'Normalmente lo que vende es el sexo y los escándalos, y todo el mundo sabe que estoy casado y que soy padre. Estoy relativamente libre de polémicas. A los medios no les compensa esperar delante de mi casa', apuntó.