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Meghan Markle cumplió este miércoles 40 años. La exactriz los celebró completamente instalada en California y de regreso como productora en la misma industria audiovisual donde hace exactamente una década empezaba a despegar su fama.

La prensa británica y estadounidense llevaba días especulando con la supuesta fiesta que iba a organizar la duquesa de Sussex en su mansión de Montecito, un evento que finalmente no se celebró según las últimas informaciones.

Todos los rumores en torno al aniversario de Markle eran impensables hace 10 años, cuando la actriz celebró su cumpleaños en plena gira promocional de la serie 'Suits', su primer gran fichaje en Hollywood tras varios años intentando hacerse un hueco en el mundo televisivo.

Una década más tarde, el aniversario de la exactriz llega semanas después de que la productora que dirige junto al príncipe Enrique, Archewell Productions, haya firmado un contrato con Netflix para crear una nueva serie animada titulada 'Pearl'.

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Y es que, tras su estancia en Buckingham Palace, Markle ha regresado a la costa oeste estadounidense convertida en un nombre de peso para la industria del entretenimiento que firma contratos millonarios con empresas como Disney y Spotify, además de publicar el mes pasado un libro infantil con la editora Random House.

La estrella no presumió de su posición privilegiada, al menos para su 40 cumpleaños, y decidió pasar el día tranquilamente con su esposo Enrique, su hijo de dos años, Archie, y su hija recién nacida Lili.

Markle tuvo varios conflictos legales con la agresiva prensa rosa británica y aterrizó en California el año pasado buscando más tranquilidad fuera de la familia real británica.

Tras una breve estancia en Los Ángeles, la familia se alejó de los focos y se mudó en dirección norte al condado de Santa Bárbara, una zona conocida como la 'Riviera italiana-americana'. Pero cada uno de sus movimientos siguen atrayendo a la audiencia estadounidense, muy interesada por los miembros de la realeza anglosajona a pesar de no tener monarquía.

Parte del morbo que entrañó el cumpleaños tuvo que ver con la felicitación de Buckingham, después de las declaraciones en las que la exactriz acusó a la familia real de racismo y de hacer hecho innecesariamente difícil su estancia en Reino Unido.