La 'falta de continuidad en las políticas urbanísticas y la corrupción' son dos de los males que aquejan las ciudades latinoamericanas, explica Carlos Moreno Gómez, catedrático de la Universidad de Sorbona, urbanista y asesor de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
En un escenario de emergencia climática y de crisis sanitaria por la Covid-19, Moreno señala que es primordial lograr la 'humanización de las ciudades', ganando espacios públicos y mejorando la calidad de vida de las personas.
Nacido en Colombia en 1959 y desde hace 41 años vecino de París, donde ha estudiado la vida urbana y ha puesto en práctica muchas de sus teorías científicas, Moreno considera que en Latinoamérica el problema de las ciudades es 'la falta de continuidad en las políticas urbanas' cuando se cambia de alcalde y el entrante no es del 'mismo color que el saliente'.
El equipo entrante 'cuestiona todo y vuelve a empezar'. Es el drama de Latinoamérica, sostiene este ingeniero químico, empresario, director de la cátedra Emprendimiento Territorio Innovación (ETI) de la Universidad de la Sorbona de París.
Según Moreno, el segundo drama en las urbes de Latinoamérica es 'la corrupción': los equipos de los alcaldes 'pierden la noción del bien común', dando lugar a los 'grandes escándalos de corrupción y negocios turbios. Eso quita claridad y continuidad'.
Sin embargo, como en toda regla hay una excepción, Medellín es un caso aparte, porque se han beneficiado de una 'regeneración urbana basada en una política muy sistémica, con una visión holística, muy integral'.
En la capital antioqueña la regeneración es 'muy clara' en el transporte gracias al metro cable, en las comunas con diferentes aspectos culturales, en los equipamientos de deporte, en la urbanidad con educación en escuelas y colegios y en la recuperación del río.
No obstante, el conjunto de América Latina es muy diverso, y así en un mismo país como Colombia 'está Medellín por una parte y el caos de Bogotá' por otro, donde 'nunca se ha resuelto el problema de transporte', porque se han construido muchas vías para ciclistas, pero 'solo de uso en los domingos' en los que no hay automóviles.
En el día a día, Bogotá 'es un infierno en cuanto a la circulación': Medellín tiene metro, y el que están construyendo en Bogotá 'no corresponde a los estándares internacionales de un metro'. Son ciudades que van 'muy distintas', según Moreno.
Subraya las buenas políticas de otra ciudad como Buenos Aires, donde se han construido aproximadamente 'unos 500 kilómetros de vías ciclistas'. Añade que el proceso de regeneración urbana de la capital argentina 'ha sido muy interesante y bastante ejemplar', con esfuerzos hacia una mejor urbanidad y educación, pero muy afectada por la situación política que vive y 'no le da mucha estabilidad'.
Sin embargo, asegura el catedrático de la Sorbona, si se compara con Bogotá, Buenos Aires tiene una política de movilidad 'muy estructural, mucho más poderosa'.
Resalta el caso como pequeña urbe (un millón de habitantes) de La Paz, en Bolivia, que cuenta con un metro cable a 4.000 metros de altura, lo que le da 'mucho interés' a su manera de regenerarse.
Otro caso a distinguir es la ciudad brasileña de Curitiba, donde se inventó el 'Urbanismo Táctico', y se han realizado proyectos de regeneración 'bastante ejemplares', o Portoalegre, donde se llevaron a cabo 'los primeros proyectos participativos'.
Insiste este urbanista en la necesidad de ganar espacios para las personas, de regenerar las ciudades para respetar a nivel urbano la neutralidad de carbono para 2050, para lo que es necesario reducir el 65 % de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).