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Año y medio después de su fecha prevista de estreno, que fue aplazado en varias ocasiones por la pandemia, Sin tiempo para morir (No time to die) llegó por fin a los cines, tras su estreno mundial en Londres. Según se conoció, la cinta supone la despedida de Daniel Craig del agente secreto más famoso del mundo.

Un adiós que le llega tras cinco películas y que el británico ha acogido 'con una mezcla' de sentimientos. 'Me siento orgulloso por la película que hemos hecho, por las películas anteriores y aliviado porque estamos aquí, la gente puede ir a verla al cine, esto era un sueño hace un año. Y, por supuesto, un poco triste porque es mi última'.

El pasado martes, el Royal Albert Hall de Londres desplegó su alfombra roja para la premier de la cinta de Universal Pictures International, un evento al que acudieron el príncipe Carlos y su esposa, Camila, y los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina.

'Me siento muy agradecido, muy orgulloso y muy sorprendido aún de estar aquí. No puedo creer todo lo que he hecho', apunta Craig, que lleva quince años interpretando al espía 007 'al servicio de su Majestad'. Debutó en 2006 con Casino Royale y llegó al papel despertando duras críticas por prejuicios como el color claro de su pelo.

'Lo recuerdo, por supuesto, pero no con malos sentimientos porque ¿qué puedo hacer? Lo único que podía era intentar hacer una película realmente buena, luego presentarla y listo. Y si a la gente no le hubiera gustado, habría sido simplemente ‘oh, no importa’, pero hice mi mejor esfuerzo y de alguna manera funcionó'.

La historia de la película arranca después de que Bond deja el servicio secreto para disfrutar de una vida tranquila en Jamaica. Su calma no dura mucho y su amigo de la CIA, Felix Leiter, aparece para pedirle ayuda en la misión de rescatar a un científico secuestrado, una tarea que resulta ser mucho más arriesgada de lo esperado y que lleva a Bond tras la pista de un misterioso villano armado con una nueva y peligrosa tecnología.

'Es inusual y creo que los va a sorprender', cuenta sobre la cinta la actriz francesa Léa Seydoux, que como ya sucediera en Spectre vuelve a aparecer al lado de Bond como la doctora Madeleine Swann, pero esta vez mostrando de un modo mucho más claro 'su vulnerabilidad', explica.

'Llegaremos a entender quién es exactamente y por qué está dañada. Ella está dañada y por eso mantiene esta relación con Bond porque ambos comparten similitudes', añade Seydoux, cuyo personaje trató de alejarse desde el comienzo de la tradicional chica Bond.

En las últimas películas del agente 007, señala la francesa, hay cada vez 'más espacio para mujeres interesantes'. 'Antes eran vistas desde una perspectiva masculina y ahora cada vez hay más espacio para sus emociones'.

Sin tiempo para morir está producida por Michael G. Wilson y Barbara Broccoli y ha sido dirigida por Cary Fukunaga, tras la salida de Sam Mendes (que dirigió Sky fall y Spectre).

Completan el reparto de la cinta el oscarizado Rami Malek ('Bohemian Rhapsody'), Lashana Lynch, Ben Whishaw, Naomie Harris, Billy Magnussen, Rory Kinnear, David Dencik, Dali Benssalah, Jeffrey Wright, Ralph Fiennes y la actriz hispanocubana Ana de Armas, que interpreta a una agente del M15 en Cuba.

Malek es uno de los principales atractivos de la cinta e interpreta a Safin, el adversario de Bond, alguien especial que le ha permitido al actor 'interpretar a un villano y a un héroe al mismo tiempo', explica.

Su objetivo es dominar a Bond y es 'concentrado, meticuloso e impredecible'. 'Me encanta interpretar personajes así porque hay mucha libertad', agrega.