El escritor peruano Mario Vargas Llosa sostuvo hoy que América Latina tiene fundadas razones para el optimismo, pero advirtió que 'la corrupción es una gangrena' que puede echar abajo los progresos que se están haciendo.
'Creo que quizás por primera vez en nuestra historia hay muchas más razones para ser optimistas que pesimistas. Y que, incluso, perseverar en el pesimismo es ir sembrando obstáculos para algo que empieza a funcionar, a mejorar', apuntó el Nobel de Literatura de 2010.
En una rueda de prensa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que hasta el 8 de diciembre se celebra en México, el escritor advirtió que, con todo y mejorías, 'en algunos países sí hay razones para sentirse sumamente desmoralizados'.
'Hay una dictadura, digamos, clásica, prototípica, que es Cuba; Venezuela, que se acerca cada vez más a una dictadura, y democracias muy imperfectas, que no merecerían siquiera ese nombre, como Nicaragua, Bolivia', apuntó.
En el extremo contrario situó el caso de Perú, un país donde actualmente 'hay instituciones democráticas que empiezan a funcionar' y donde se han consolidado dos conceptos: que la democracia 'es el único modelo realmente eficaz para progresar sin violencia', y que hay que apostar por 'una economía abierta que estimule las inversiones' y al 'crecimiento de empresas privadas'.
'Perú no es el paraíso, pero es un país donde por fin parece haber una luz al final del túnel', dijo el escritor y candidato presidencial en las elecciones de Perú de 1990, en las que fue derrotado por el ahora encarcelado Alberto Fujimori.
Vargas Llosa sostuvo que México era un caso 'muy interesante' pues 'hace veinte años era una dictadura, de un partido (el PRI), tenía una hegemonía absoluta, 70 años en el poder, una corrupción enorme, los presidentes salían ricos', y eso ha cambiado.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernó de manera ininterrumpida durante siete décadas hasta 2000, cuando perdió las presidenciales ante los conservadores del PAN, pero retornó al poder hace un año, con el actual mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto.
'Es un país donde hay una democracia, hay partidos políticos rivales, fuerzas que realmente están presentes en el Parlamento, en los medios de prensa, manifestaciones gigantescas de partidos opositores. Ese es un progreso muy considerable. Hoy día se puede atacar al poder', agregó.
Superadas las dictaduras consideró que hay tarea que hacer en mejorar los procesos electorales en el sentido de contar con votantes mejor informados y también corregir los 'márgenes de manipulación grandes' que aún existen.
Para Vargas Llosa, quien en su última novela, 'El hombre discreto' (2013), relata cómo un empresario local hace frente con vigor y convicción al fenómeno de la extorsión, reconoce que 'desgraciadamente con el crecimiento económico en América Latina en muchos países, prácticamente en todos, la corrupción ha crecido', pero no cree que ahora haya más que en el pasado.
'En la mayor parte de los países latinoamericanos empieza funcionar la legalidad', sostuvo, y recurrió al ejemplo de lo que ha pasado en Brasil, con políticos e incluso ministros sometidos a procesos legales.
En términos generales, alertó que sigue habiendo una mentalidad muy arraigada en la cual 'las personas ya no saben diferenciar lo bueno de lo malo y piensan, por ejemplo, que transgredir la legalidad es perfectamente aceptable porque todo el mundo lo hace'.
Por último, mencionó como uno de los mayores desafíos regionales el de lograr que 'los jóvenes más preparados hagan política', pues para muchos de ello la política 'se ha convertido en algo que se desprecia, 'vil, sucia y corrompida', y hay que atraer a ella a la gente más brillante y creativa.