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Miles de jóvenes se lanzan a ríos y lagos gélidos en toda Bulgaria para recuperar crucifijos lanzados a las aguas por sacerdotes en un antiguo ritual ortodoxo para conmemorar la Epifanía.

Según la tradición, se lanza el crucifijo a las aguas de un lago o río y se cree que la persona que lo recupere quedará libre de espíritus malignos y gozará de salud todo el año.

La celebración de la Epifanía, o la Manifestación de Cristo, como le dicen los búlgaros, comenzó el lunes en Sofía con una ceremonia para bendecir el agua.

El jefe de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, el patriarca Neofit, dijo una oración por la prosperidad del pueblo y bendijo los colores de unidades militares representativas, una tradición abandonada en 1946 y reestablecida en 1992.