Una característica importante del intento del presidente Barack Obama de reorganizar el espionaje electrónico estadounidense no funcionará, dijeron ayer los líderes de las comisiones de inteligencia del Congreso, al rechazar la idea de que el gobierno debe ceder el control de los registros telefónicos de los estadounidenses.
Obama, que enfrenta presión para que apacigüe la controversia en torno al espionaje gubernamental, dijo el viernes que desea que la mayor parte de los registros telefónicos sean almacenados fuera del gobierno con el fin de reducir el riesgo de que alguien haga mal uso de esa información.
El presidente indicó que requerirá que un juez emita una aprobación especial por adelantado antes de que las agencias de inteligencia puedan examinar los datos de alguien y obligará a los analistas a mantener sus búsquedas enfocadas en presuntos terroristas u organizaciones sospechosas.
'Yo creo que eso es algo muy difícil', dijo ayer la senadora demócrata Dianne Feinstein, que encabeza la Comisión de Inteligencia del Senado. 'Porque todo el propósito de este programa es proporcionar información instantánea con el fin de poder desbaratar cualquier conspiración que pudiera estar ocurriendo'.
La NSA reúne números telefónicos marcados y la duración de las conversaciones, pero no el contenido de las llamadas.