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Las principales ciudades del norte de Chile recuperan hoy paulatinamente la normalidad de sus actividades, tras el terremoto de 8,2 grados de magnitud en la escala abierta de Richter que sacudió la zona y provocó una alerta de tsunami en toda la costa del país.

'Los organismos institucionales, tanto de la Intendencia como del Ejército, han operado con mucha solidez y rapidez en esta emergencia', dijo el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, tras llegar esta mañana a la ciudad de Iquique, 1.857 kilómetros al norte de Santiago.

Aleuy señaló que en pocas horas estarán en funcionamiento 'una parte muy importante de los servicios básicos' interrumpidos como consecuencia del terremoto y que también se normalizaría la conexión por carretera y los sistemas de telecomunicaciones.

El terremoto, que se produjo a las 20.46 hora local del martes (23.46 GMT) con epicentro en el mar, 89 kilómetros al suroeste de Cuya, frente a la costa de la región de Tarapacá, causó gran alarma en la población y la muerte de seis personas por aplastamiento, caída o infarto.

Casi un millón de personas pasaron la noche acampando o en refugios en las zonas altas de las ciudades, para mantenerse alejados de la costa una vez que se dio la alerta de tsunami, que se levantó de madrugada.

Pese al menor riesgo, en todas las localidades costeras de Chile se suspendieron las clases hoy miércoles.

En distintas partes del borde costero hubo durante la noche olas de hasta 1,8 metros de altura, pero no causaron una mayor destrucción ni se cobraron víctimas, ya que la gran mayoría de los habitantes de las localidades afectadas habían atendido las órdenes de evacuación.

Aleuy enfatizó que 'el balance que nosotros tenemos es positivo desde todo punto de vista y lo que nos interesa ahora es la normalidad del funcionamiento de la ciudad'.

El subsecretario del Interior llegó al norte horas antes de que lo hiciera la presidenta, Michelle Bachelet, que se trasladó con algunos de sus ministros a esa zona para evaluar los daños y estudiar las medidas que debe adoptar el Gobierno, transcurridas ya las primera horas desde el suceso.

Hasta las 07.00 hora local (10.00 GMT) más de 60 réplicas de distinta intensidad se habían registrado en el norte chileno y se espera que la actividad telúrica persista en el área incluso varios meses, señalaron expertos en sismología.

Sin embargo, el análisis de las características del terremoto ha hecho anticipar a algunos especialistas que ya no es tan probable que se produzca un terremoto mucho mayor, de una magnitud de 9,0 grados, en las regiones del norte de Chile donde se ha producido una 'laguna sísmica' de 137 años.

El director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, sostuvo que 'es probable' que un gran terremoto en esa zona 'pueda ser descartado'.

Lo que sí se espera es que se produzcan nuevos sismos de una magnitud similar al del martes, que terminarían de liberar la energía acumulada en el subsuelo.

Contrariamente a lo acontecido en el terremoto de febrero de 2010, de 8,8 grados Richter y que afectó al centro sur de Chile, esta vez no hubo grandes daños materiales en viviendas ni caminos.

Tampoco se produjeron desmanes ni saqueos de establecimientos comerciales y lo más llamativo fue la fuga de más de 300 presas mientras eran trasladadas desde una cárcel de Iquique hacia una zona de seguridad.

Según informaron autoridades locales, durante la mañana del miércoles un centenar de reclusas habían sido capturadas o habían regresado voluntariamente al penal, mientras las otras aún estaban sin localizar.

El Gobierno informó también que los comités de operaciones de emergencia continúan el trabajo y que se pondrán a disposición de la población afectada todos los medios disponibles del Sistema Nacional de Protección Civil.