El jefe del Ejército tailandés, Prayuth Chan-Ocha, declaró este martes la ley marcial en el país para garantizar 'la paz y el orden' y dijo que obligará a las partes enfrentadas a sentarse a negociar una salida a la crisis política.
La medida entró en vigor a las 03.00 hora local (20.00 GMT del lunes), cuando la mayor parte de la nación todavía dormía.
Prayuth aseguró en un mensaje retransmitido por radio y televisión que no se trata de un golpe de Estado, sino de impedir que estalle la violencia entre manifestantes antigubernamentales y progubernamentales.
El general tailandés no ha sido muy explícito sobre su plan de acción que, fundamentalmente, consiste en sentar a negociar a las partes enfrentadas, después de siete meses de manifestaciones contra el Gobierno que han causado 28 muertos y más de 800 heridos.
El bando progubernamental es afín al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en el golpe de Estado de 2006, y los antigubernamentales están liderados en la calle por Suthep Thaugsuban, viceprimer ministro del Partido Demócrata entre 2008 y 2011.
Cuándo y dónde empezarán las conversaciones son cuestiones que Prayuth no ha despejado hasta el momento, pero sí dijo que la operación será rápida.
'Vamos a tratar de que los manifestantes de ambos lados se sienten a negociar', declaró el militar a los periodistas a la salida de una reunión con representantes de la Administración, según el canal de televisión PBS.
'Necesitamos actuar de manera pacífica y lo más rápido posible, es por ello que solicitamos la ayuda de ustedes', manifestó Prayuth a la prensa.
'Por favor, no sean tendenciosos, es por eso que hemos ordenado a varios canales que paren (la emisión) temporalmente', dijo el jefe del Ejército.
Los militares han suspendido la emisión de diez canales de televisión que, según ellos, están vinculados a los antigubernamentales y progubernamentales, una medida que durará 'tanto como sea necesario', agregó el general tailandés, quien aclaró que no han impuesto la ley marcial en toda su capacidad.
Aunque dijo que no se trata de un golpe de Estado, Prayuth se mostró en todo momento en control de la situación, y no consideró necesario que sus órdenes estuviesen refrendadas por el Gobierno interino ni le preocupó ironizar sobre un posible toque de queda.
'¿Quiere usted que lo declare? (...) ¿Qué le parece si imponemos un toque de queda a la prensa?', dijo el militar en un intercambio de preguntas y respuestas con un periodista.
El Gobierno y la oposición se han mostrado complacientes con la intervención castrense, siempre que se respete la ley y, según Thaksin, no se dañe la imagen del país.
El primer ministro interino, Niwattumrong Boonsongpaisan, también indicó que impulsará la celebración de elecciones el 3 de agosto.
Los comicios organizados el pasado 2 de febrero fueron anulados posteriormente por el boicot de los antigubernamentales, que no confían en los resultados en las urnas porque Thaksin ha ganado siempre desde 2001.
Estados Unidos ha indicado que espera que la ley marcial sea una medida temporal y ha expresado su preocupación por el respeto de los principios democráticos.
'Entendemos que el anuncio del Ejército tailandés de decretar la ley marcial no es un golpe (de Estado). Esperamos que el Ejército haga honor a su compromiso de que ésta será una acción temporal para prevenir la violencia y no para socavar las instituciones democráticas', declaró la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Jen Psaki, en un comunicado.
La Unión Europea llamó a Tailandia a buscar una solución pacífica y urgió al Ejército a respetar los estándares internacionales de derechos humanos.
La mayoría de los tailandeses no ha recibido la presencia de los militares en zonas estratégicas de Bangkok como una amenaza y ha agradecido la descongestión del tráfico y la desaparición de los manifestantes, confinados en sus campamentos, aunque la principal entrada oriental de la capital ha sufrido grandes atascos por los controles establecidos.
No pocos se han sacado el popular 'selfie' (autofoto) al lado de un soldado o de varios con el fusil reglamentario y lo han colgado en la red.
La Bolsa de Valores de Bangkok retrocedió esta jornada un 1,13 por ciento.
Tailandia está acostumbrada a los golpes militares, ha sufrido casi veinte en menos de un siglo, aunque el de hoy no lo sea, según Prayuth.
El último fue incruento, ocurrió hace ocho años también después de meses de manifestaciones antigubernamentales y desencadenó la actual crisis política.