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El rey Juan Carlos I firmó ayer públicamente la ley por la que abdica del trono de España y culminó un proceso por el que será sucedido por su hijo, que pasará a reinar con el nombre de Felipe VI.

El Palacio Real de Madrid fue el escenario de una corta pero solemne ceremonia en la que el monarca, de 76 años, rubricó la norma que las dos Cámaras parlamentarias habían aprobado y que hace posible su abdicación.

La ley entró en vigor en la medianoche, cuando fue publicada en el Boletín Oficial del Estado e hizo efectivo el relevo en la Corona española con el acceso al trono de Felipe de Borbón, de 46 años.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, refrendó con su firma la de Juan Carlos I, en presencia de un centenar y medio de representantes de los poderes del Estado.

También estaban la reina Sofía, los todavía príncipes Felipe y Letizia, y las hijas de ambos, las infantas Leonor (ocho años) y Sofía (siete).

Con la solemne proclamación hoy de su padre, la infanta Leonor se convertirá en princesa de Asturias y heredera del trono.

Tras la firma de la ley de abdicación el rey se fundió en un abrazo con su hijo, al que dejó su sitio en la presidencia de la ceremonia de su abdicación, como gesto que simboliza el traspaso en la Corona de España.

Los invitados prorrumpieron entonces en un fuerte aplauso, que Juan Carlos de Borbón recibió con gesto emocionado.

El acto solemne tuvo lugar en la Sala de Columnas del Palacio Real, en el centro de Madrid, escenario de importantes actos en la historia del país, como la firma, en 1985, del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas.

Ceremonio de hoy. Felipe de Borbón será proclamado hoy rey en un acto en el Congreso de los Diputados, ante representantes de las dos Cámaras parlamentarias.

Diputados y senadores están invitados a esa ceremonia, junto a autoridades del Estado, Cuerpo Diplomático y miembros de la familia del rey y de Letizia Ortiz.

Está previsto que a primera hora Juan Carlos de Borbón imponga a Felipe VI el fajín que le reconoce como capitán general de los Ejércitos, antes de trasladarse al Congreso de los Diputados para la proclamación.

Allí pronunciará el discurso inaugural de su reinado y, a la salida, recibirá honores militares antes de desplazarse hasta el Palacio Real en un recorrido en coche cubierto por el centro de Madrid.

En el Palacio Real Felipe VI y Letizia darán una recepción a unos 2.000 invitados que se pretende que sean representativos de una muestra amplia de la sociedad española.

Los nuevos reyes tendrán también oportunidad de salir al balcón central del palacio para saludar a los ciudadanos que acudan a la plaza de Oriente.

En ese saludo Felipe VI y Letizia estarán acompañados de sus hijas Leonor y Sofía, así como de Juan Carlos de Borbón –quien no acudirá al Congreso a la proclamación– y Sofía de Grecia.

Juan Carlos y Sofía mantendrán el título de reyes, aunque en el protocolo del Estado figurarán ya detrás de la nueva princesa de Asturias y su hermana.

Unos 7.000 agentes de las fuerzas de seguridad integran el dispositivo para garantizar el normal desarrollo de estas jornadas, en especial la de mañana, aunque el Ministerio del Interior asegura que no existe ninguna amenaza extraordinaria que pueda afectar a los actos de proclamación. Efe