El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, admitió el domingo que hubo 'regateo político', aunque no acuerdo económico o pago de rescate, para liberar a los 49 rehenes turcos en manos del Estado Islámico (EI), sin desmentir que pudiera tratarse de un intercambio por militantes del EI presos en Turquía.
'No se puede hablar de ninguna manera de un regateo monetario, pero de un regateo político, diplomático, sí; ¿de qué otra manera habríamos conseguido liberar a nuestros 49 ciudadanos?', dijo Erdogan en una rueda de prensa en Ankara, retransmitida por la televisión NTV, momentos antes de viajar a Nueva York.
Preguntado sobre las especulaciones de que los ciudadanos turcos, secuestrados en junio en Mosul por el EI pudieran haber sido intercambiados por yihadistas presos en Turquía, Erdogan aseguró que 'incluso si efectivamente hubiera tal intercambio', lo importante era el regreso de los rehenes.
'Pudo haber un intercambio o no haberlo. El resultado es que nuestros 49 ciudadanos y empleados han vuelto a Turquía. Soy el presidente y tengo que cuidar que no pase nada a nuestros ciudadanos, incluso si efectivamente hubiera un intercambio', recalcó Erdogan.
Insistió en que se trataba de una operación llevada a cabo íntegramente por el servicio secreto turco, conocido como MIT.
Ya horas antes, el jefe del MIT, Hakan Fidan, había señalado en una entrevista al diario Milliyet que la liberación se hizo 'sin disparar ni un solo tiro' y 'gracias a la paciencia, la inteligencia y la determinación'.
El diario turco Hürriyet, citando fuentes anónimas del Gobierno, ha detallado la ruta de los rehenes, desde su secuestro en el consulado turco de Mosul, el 11 de junio.
Según este recuento, el EI trasladó a sus prisioneros a Raqqa, su ‘capital’ en el norte de Siria, donde permanecieron mientras Turquía negociaba su liberación con la mediación de importantes familias locales, y desde donde fueron trasladados en coches a la frontera turca, una vez cerrado el acuerdo.