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Unos 10.000 militares y miles de policías protegerán colegios judíos, mezquitas y puntos sensibles en Francia, donde la sociedad trata hoy de recuperar una cierta normalidad después del trauma provocado por los atentados yihadistas.

Un día después de las multitudinarias manifestaciones de repulsa contra unos ataques terroristas que causaron 17 víctimas en la región de París, los niños volvieron este lunes al colegio y los franceses a sus trabajos, mientras los investigadores buscan cómplices de los islamistas radicales abatidos por la policía.

En concreto, se sigue la pista de posibles colaboradores de Amedy Coulibaly, el terrorista que mantuvo secuestradas a 15 personas en un supermercado 'kosher' de París y que murió el viernes por disparos de la policía, horas después de matar a cuatro rehenes judíos.

El primer ministro francés, Manuel Valls, dijo hoy que Coulibaly tenía 'sin duda un cómplice', que editó un vídeo divulgado tras la muerte del yihadista en el que éste asegura actuar en nombre del Estado Islámico y en coordinación con los hermanos Kouachi, que el día 7 mataron a doce personas en la sede de la revista 'Charlie Hebdo'.

La que se creía la principal cómplice de Coulibaly, su pareja Hayat Boumeddienne, hasta ahora la mujer más buscada de Francia, salió sin embargo de este país antes de los atentados y el pasado jueves viajó desde Turquía a Siria, según confirmó hoy el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mehmet Çavusoglu.

Francia no baja la guardia y, en una nueva reunión de su Gabinete de crisis, el presidente François Hollande decidió hoy movilizar a partir de mañana a 10.000 militares, para proteger 'puntos sensibles' del territorio nacional.

Además, 4.700 policías y gendarmes vigilarán 717 escuelas judías y sinagogas en Francia, una comunidad que denuncia un creciente antisemitismo y que hoy volvió a recibir el respaldo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante una visita al supermercado atacado en París.

Valls justificó el despliegue para proteger escuelas y centros de culto judíos porque 'los actos racistas y antisemitas han aumentado estos últimos años', y explicó que el plan antiterrorista Vigipirate se mantiene en su mayor nivel, el de 'alerta de atentado'.

Precisó que 'serán protegidas las sinagogas y los colegios judíos, pero también las mezquitas, porque en los últimos días se han producido una serie de ataques contra mezquitas'.

El Consejo francés del culto musulmán calcula que, tras el atentado del miércoles contra el semanario 'Charlie Hebdo', se han producido 50 actos antimusulmanes, entre ellos cartas insultantes, pintadas o ataques contra mezquitas, el último un incendio intencionado registrado anoche en el templo de Poitiers (suroeste de Francia).

Mientras tanto, el Gobierno francés intenta estrechar el cerco a posibles combatientes extranjeros en su territorio, tras recibir críticas por no haber sido capaz de evitar unos atentados cometidos por yihadistas que tenía fichados.

Dos de ellos, Amedy Coulibaly y Chérif Kouachi, pasaron un tiempo en la misma prisión francesa a causa de sus lazos con el islamismo radical y mostraron un buen comportamiento, según explicó hoy el ministerio francés de Justicia.

Se calcula que en Francia hay unas 1.400 personas vinculadas a las redes yihadistas en Irak y Siria, si bien en prisión o detenidos solo están 152, de ellos 22 agrupados para evitar su contacto con el resto de presos y el proselitismo.

Aunque los atentados de la semana pasada fueron motivados por la publicación en el 'Charlie Hebdo' de caricaturas de Mahoma, esa revista dejó claro que en su próximo número, que sale a la calle dentro de dos días con una tirada de un millón de ejemplares, no va a amilanarse.

El lema popularizado tras los atentados de 'Yo soy Charlie' es 'un estado de espíritu, que también quiere decir el derecho a la blasfemia', y por tanto, 'evidentemente', el nuevo número del semanario incluirá caricaturas de Mahoma, dijo hoy su abogado y colaborador Richard Malka.