El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) alertaron hoy de los continuos ataques que padecen los trabajadores y voluntarios de estas entidades que luchan contra el ébola en Guinea Conakri.
'A causa del miedo y de la desconfianza que rodea la enfermedad del virus del Ébola, los trabajadores y voluntarios de la Cruz Roja son atacados regularmente por las comunidades', denuncia un comunicado de los organismos.
El último de estos incidentes se registró el pasado domingo en la localidad de Forécariah, en el oeste de Guinea, cuando dos voluntarios de la Cruz Roja fueron apaleados cuando intentaban enterrar segura pero dignamente a un fallecido por ébola.
Forécariah ha registrado un aumento de los casos en las últimas semanas.
La Cruz Roja denuncia que se ha registrado una media de diez ataques mensuales -desde insultos hasta palizas- contra voluntarios de la Cruz Roja en Guinea Conakri desde el pasado marzo.
'Los voluntarios de la Cruz Roja en Guinea trabajan de día y de noche para salvar a las comunidades. Los actos de violencia contra ellos son inaceptables', señaló Youssouf Traoré, presidente de la Cruz Roja en Guinea, citado en el comunicado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió ayer de que en todas las prefecturas de Guinea donde se han dado casos de ébola se registró la semana pasada 'al menos' un incidente violento.
La OMS ha alertado una y otra vez de que estos ataques dificultan las tareas de lucha contra la epidemia, dado que evitan un efectivo control y tratamiento de los pacientes, lo que obstaculiza enormemente las tareas de vigilancia epidemiológica y seguimiento de cadenas de transmisión.
Los entierros seguros son una de las acciones más claves en el control de la enfermedad, dado que en el momento que el paciente muere es cuando el virus no sólo está más expandido, sino que es más virulento, por lo que es el momento de mayor riesgo de contagio para quien manipula el cuerpo.
'Si los voluntarios no pueden acceder a la comunidad para enterrar a los muertos, la comunidad entera se pone en peligro', advierten las entidades.
'Podemos tener todo el material y el equipamiento médico necesario para salvar a las personas, pero mientras no cambien las percepciones respecto a la enfermedad, ésta no desaparecerá', alertó Traoré.
Desde el inicio de la epidemia, la Cruz Roja ha llevado a cabo tareas de información que han llegado a un millón de personas para luchar contra los prejuicios y el estigma, pero claramente estos mensajes no han llegado a toda la población.
'Ahora no es el momento de ser complacientes. Es el momento de seguir adelante hasta que logremos conseguir llevar los casos a cero'.
De hecho, la OMS asumió ayer que la incidencia de casos de ébola aumentó por segunda semana consecutiva, hasta 114 nuevos casos, en parte por la falta de colaboración de la población, lo que indica que aún queda mucho por hacer para controlar la enfermedad.
La OMS recuerda que, para poder hacer un seguimiento estricto de los contagios y las cadenas de transmisión de las que provienen, es esencial la colaboración de la población.
De hecho, sólo una sexta parte de los casos registrados en la semana del 1 de febrero surgieron de focos conocidos.
En total, desde que la epidemia comenzó en diciembre del 2013 se han contabilizado 22.894 casos de ébola (9.177 muertos).
Esta es la peor epidemia de ébola desde que el virus fue descubierto en 1976 cerca del río que le dio nombre en la actual República Democrática del Congo (antiguo Zaire).