La policía italiana y la gendarmería vaticana están tras la pista de la persona que tendría en su poder una carta escrita de puño y letra por Miguel Ángel Buonarotti, un documento singular pues habitualmente el genio de la pintura solo firmaba las misivas que redactaban sus colaboradores.
La Santa Sede reconoció el domingo el robo de sus archivos y admitió que desapareció en 1997. Y se negó a pagar el rescate por el documento.
Hace algunos meses, según señalan medios italianos, un antiguo empleado de ese organismo contactó al actual presidente, el cardenal Ángelo Comastri, para informarle de la posibilidad de comprar los documentos por una cantidad entre cien mil y doscientos mil euros. Según el diario romano 'Il Messaggero', el ex-empleado dijo que el documento más importante estaba en poder de un anticuario.