Al menos tres personas han muerto al encallar esta mañana una embarcación con unos 200 inmigrantes a bordo ante las costas de la isla griega de Rodas, en el archipiélago del Dodecaneso.
Según indicó a Efe un portavoz de la Guardia costera, hasta el momento han podido ser rescatadas 80 personas, de las que 57 han sido trasladadas a comisaría, mientras que otras 23 han sido llevadas al hospital.
El accidente se produjo hacia las 07.00 GMT (2 de la mañana, hora colombiana), cuando por motivos desconocidos la embarcación quedó varada en las rocas, cerca de la playa de Séfiros, y posteriormente se hundió.
Muchos inmigrantes se arrojaron al agua y lograron ponerse a salvo con ayuda de los lugareños que se encontraban en la playa.
Por ahora se desconoce el número exacto de personas que viajaban en la embarcación, ni sus nacionalidades, pero las primeras estimaciones apuntan a que eran unos 200, muchos de ellos sirios.
La operación de rescate sigue en curso, añadió la citada fuente.
En las últimas semanas se ha incrementado notablemente el número de indocumentados que llegan a Grecia, una de las principales puertas de entrada hacia Europa.
Se calcula que a diario llegan una media de cien personas; tan solo el pasado viernes, las diferentes islas del mar Egeo acogieron a 414 inmigrantes y refugiados, según datos de la Guardia Costera.
En el primer trimestre del año, el país recibió a un total de 10.445 indocumentados por vía marítima, mientras que en el mismo periodo del año anterior fueron 2.863 personas.
El Gobierno griego ha anunciado un plan de emergencia que contempla el traslado de los recién llegados desde islas a todo el país, ya que no disponen de las infraestructuras necesarias y se producen situaciones de hacinamiento.
El Ejecutivo planea alquilar barcos para poder transportar a los inmigrantes, algo por lo que ya ha pedido financiación a la Unión Europea, y ha asegurado que, si es necesario, se usarán como último recurso dependencias abandonadas del Gobierno y del Ejército como medida temporal para acogerles.
El país ha pedido en repetidas ocasiones más apoyo a los socios europeos para gestionar el flujo de personas que llega por vía marítima a sus costas, tras asegurar que los guardacostas del país están desbordados.