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Con evocaciones solemnes y pompa militar, los líderes y ciudadanos de las naciones europeas conmemoran los 70 años desde la derrota nazi y el fin de una guerra que devastó el continente. Pero la alianza Oriente-Occidente que aplastó a Hitler está hoy profundamente dividida.

Rusia celebra las hazañas de guerra soviéticas en una ceremonia el sábado que causa tensiones diplomáticas debido a la injerencia rusa en el conflicto de Ucrania. Polonia organizó una ceremonia como alternativa a la de Moscú.

La avenida Campos Elíseos en París fue cerrada al tránsito para permitir una procesión entre la Plaza de la Concordia y el Arco de Triunfo, donde se yergue la Tumba al Soldado Desconocido.

'La victoria del 8 de mayo no marcó la supremacía, el dominio, de una nación sobre otra. Fue la victoria de un ideal sobre una ideología totalitaria', afirmó el presidente francés Francois Hollande.

El secretario de estado norteamericano John Kerry y el embajador estadounidense en Francia se sumaron al canciller francés Laurent Fabius para depositar una corona fúnebre sobre la tumba, en un signo de reconocimiento al papel de Estados Unidos en la liberación.

Fotografías tomadas hace 70 años muestran una multitud en los Campos Elíseos para celebrar la rendición nazi después de casi cinco años de ocupación. El 8 de mayo es día festivo en Francia, pero relativamente poca gente acudió el viernes para presenciar la ceremonia oficial.

Reims, en la región vitivinícola donde se firmó la rendición de Alemania, organizó cuatro días de celebraciones.

La rendición alemana fue anunciada al mundo ese mismo día por un reportero de The Associated Press que eludió a los censores militares para informar la noticia un día antes que la competencia, un acto por el cual fue reprendido y despedido. Décadas después la agencia noticiosa se disculpó por el tratamiento que había dado al reportero, Edward Kennedy, y dijo que había hecho lo correcto.

También se efectuaron actos de conmemoración en Polonia, donde el presidente Bronislaw Komorowski fue acompañado por el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon y los presidentes de Ucrania y varias naciones de Europa Central donde retumbaron algunos de los primeros disparos alemanes contra Polonia al comienzo de la guerra el 1 de septiembre de 1939.

En Alemania, las autoridades se reunieron en el edificio del Parlamento en Berlín.