El Gobierno de Estados Unidos se declaró ayer 'profundamente preocupado' por la condena provisional a muerte impuesta el sábado por el Tribunal Penal de El Cairo contra el derrocado presidente islamista egipcio Mohamed Mursi.
Mursi fue condenado provisionalmente a la pena capital tras ser hallado culpable de urdir su huida, junto a otros 105 islamistas, de una cárcel durante la revolución de 2011, que depuso al entonces mandatario Hosni Mubarak.
'Estamos profundamente preocupados por otra sentencia más de muerte masiva decretada por un tribunal egipcio contra más de 100 reos, incluido el expresidente Mursi', dijo a Efe un funcionario del Departamento de Estado que requirió el anonimato.
'Hemos denunciado de forma reiterada la práctica de juicios y sentencias masivas, que se llevan a cabo de una manera que no es coherente con las obligaciones internacionales de Egipto y el imperio de la ley', afirmó el funcionario.
En cualquier caso, precisó, 'tomamos nota de que se trata de una sentencia preliminar'.
'Seguimos haciendo hincapié en la necesidad del debido proceso y de procesos judiciales individuales para todos los egipcios en interés de la justicia', agregó el funcionario.
El Tribunal Penal de El Cairo envió su fallo al gran muftí, Shauqi Alam, máxima autoridad religiosa islámica del país, que emitirá una opinión no vinculante, pero que podrá influir en la decisión final de la corte, prevista para el próximo 2 de junio. Se trata de la segunda sentencia contra Mursi, después de que fuera condenado en abril a 20 años de cárcel por el uso de la violencia durante unos disturbios.
Egipto condena las críticas. El ministerio egipcio de Exteriores calificó de 'injerencia en los asuntos internos del país' las críticas internacionales contra la condena de muerte dictada contra el expresidente Mohamed Mursi.
'El ministerio de Exteriores cree inapropiado comentar los pronunciamientos de la justicia egipcia por lo que supone de injerencia en los asuntos internos del país', precisó un comunicado oficial. Asimismo, recalcó que 'cualquier señal negativa hacia la justicia egipcia es totalmente inaceptable, a nivel tanto oficial como popular, por el prestigio y el respeto del que goza la magistratura egipcia entre todas las partes del pueblo'.