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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, repudió ayer lo que llamó el 'intervencionismo' en los asuntos internos del país, tras la llegada a Caracas del expresidente español Felipe González que viajó a la nación petrolera con la intención de defender a opositores presos.

'Los asuntos de Venezuela son nuestros, solo los venezolanos tenemos potestad para asumirlos, nuestra Patria entera repudia el intervencionismo', indicó a través de la red social Twitter el mandatario venezolano poco después de la llegada del político español.

A juicio del mandatario, la llegada de González es una actuación del eje 'Bogotá-Madrid-Miami' que dijo 'actúa desesperado', enviando personajes 'para legitimar su guerra contra Venezuela', y que 'quieren ponerle la mano a la Patria', dijo.

El gobernante venezolano ha acusado a González de ser parte de ese supuesto eje que busca generar acciones contra el Gobierno de Venezuela, algo que González ya ha negado antes. El expresidente español llegó a Caracas con la intención de incorporarse como 'asesor técnico externo', al equipo legal que se encarga de defender a los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma.

La decisión de González de defender 'ad honorem' a estos opositores fue desestimada por la autoridades venezolanas y, tras hacerse pública, el exmandatario español fue declarado persona 'non grata' por el Parlamento venezolano.

La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia venezolano, Gladys Gutiérrez, reiteró que González no podrá sumarse a la defensa de los opositores, porque 'él no puede ejercer como abogado en el país'.

Mientras tanto, González se reunió con la familia y los abogados de López y Ledezma para, según medios locales, enterarse de los pormenores de las causas de los opositores, el primero juzgado por supuestamente promover la violencia en una marcha antigubernamental y el segundo por 'conspiración'.