Manila. El tifón Koppu azotó este domingo la región norte de Filipinas con vientos de hasta 185 kilómetros por hora e intensas lluvias que han dejado al menos 4 muertos y más de 25.000 evacuados, así como inundaciones y deslizamientos de tierra.
Tras el paso del tifón, un varón murió hoy en la ciudad de Quezon, en el Área Metropolitana de Manila, cuando le cayó encima un árbol, informó en una rueda de prensa televisada el director ejecutivo del Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres, Alexander Pama.
Otras dos personas fallecieron ahogadas en la localidad de Palayan, confirmó a los medios Aurelio Umali, el gobernador de la provincia de Nueva Ecija, una de las más afectadas por la tormenta.
Una persona más murió el sábado después de que el bote en el que viajaba naufragara por el oleaje provocado por el tifón conforme se acercaba al archipiélago por el océano Pacífico, apuntaron los medios locales.
Koppu, que se desplaza a tan sólo 5 kilómetros por hora por el norte de Filipinas, está dejando intensas precipitaciones en la zona, que han provocado hasta el momento 21 inundaciones y 13 deslizamientos de tierra en las regiones de Valle de Cagayan, Luzón Central y Bicol, según datos del Consejo Nacional de Desastres.
El tifón ha forzado la evacuación de 5.852 familias -más de 25.000 personas- y ha causado un corte generalizado en el suministro eléctrico en las regiones de Ilocos, Luzón Central y Calabarzón.
Se espera que la cifra de afectados aumente, puesto que parte de las regiones afectadas son muy remotas y de difícil acceso, muchas de las cuales aun no se ha recibido información.
Por otra parte, unas 5.500 personas están en varios puertos de la región a la espera de poder continuar su viaje, ya que se ha prohibido navegar a todas las embarcaciones, mientras que 15 carreteras y 10 puentes de la zona afectada han quedado intransitables.
La Agencia Meteorológica de Filipinas (PAGASA) estima que Koppu -denominado Lando por las autoridades locales- no abandonará el país hasta el próximo miércoles por la mañana, aunque prevé que el tifón vaya perdiendo intensidad hasta convertirse en una tormenta tropical el lunes o martes.
'El peligro aun no ha pasado, por lo que llamamos a los residentes de las zonas afectadas a no bajar la guardia hasta dentro de unas 24 o 48 horas', dijo Pama durante su comparecencia ante la prensa.
Las autoridades también están preocupadas por el nivel que están alcanzando 4 importantes presas de la región -las de Ipo, Ambuklao, Binga y Magat-, que han tenido que abrir sus compuertas, lo que podría causar importantes inundaciones en las poblaciones cercanas.
En concreto, la presa de Magat está liberando 1,992 metros cúbicos de agua por segundo, según las últimas cifras de PAGASA.
El río de Marikina, en el Área Metropolitana de Manila, también amenaza con desbordarse, por lo que se ha declarado la alerta y las autoridades hablan de una posible evacuación forzosa de los habitantes de la zona.
El tifón Koppu tocó hoy tierra en la localidad de Casiguran, en la costa noreste de Filipinas, acompañado de intensas precipitaciones así como vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 210.
El ojo de la tormenta llegó a Casiguran, en la provincia de Aurora, sobre las 01.00 hora local de hoy (19.00 GMT del sábado), momento en el que ralentizó su marcha radicalmente.
La lentitud con la que se traslada la tormenta convierte a Koppu en un peligroso tifón.
'Quizá este tifón no tenga los vientos más fuertes que hemos visto, pero es una tormenta excepcionalmente peligrosa por la lentitud con la que se traslada y la cantidad de precipitaciones que va a dejar', advirtió Pama el sábado.
Cerca de 30 provincias del norte de Filipinas están bajo alerta, de las que se teme que Aurora, donde Koppu tocó tierra, sea la más afectada.
Entre 15 y 20 tifones recorren todos los años Filipinas durante la temporada lluviosa, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
En noviembre de 2013, Haiyan, uno de los más potentes de la historia, causó 6.300 muertos, más de 1.000 desaparecidos y 14 millones de damnificados.