Compartir:

El expresidente del Gobierno español Felipe González reclama que el PP y el PSOE 'dejen a un lado la preocupación por su futuro y antepongan los intereses de España'; y descartó una gran alianza entre ambos partidos para gobernar España, pero también un pacto con el izquierdista Podemos.

González, líder histórico socialista que gobernó entre 1982 y 1996, hizo esta afirmación en una entrevista al diario El País, en la que expresó su opinión sobre la situación inédita de España, donde ningún partido tiene mayoría para gobernar tras las elecciones del 20 de diciembre.

Dijo sobre la posible coalición de PP, PSOE y Ciudadanos (liberales) que no la desea 'de ninguna manera', ya que le parece 'una propuesta que nace de un fracaso y que no plantea la gobernabilidad de España en el medio plazo'.

Para González también estaría lleno de riesgos un pacto entre el PSOE y Podemos porque, en su opinión, esta formación, a la que califica de 'arrogante', pretende 'liquidar el marco democrático de convivencia y, de paso, a los socialistas'.

El Partido Popular (PP, centroderecha) y el PSOE se han alternado en el gobierno de España desde 1982, pero en diciembre se rompió ese bipartidismo con la irrupción de dos nuevas formaciones: Podemos y Ciudadanos como tercera y cuarta fuerza, respectivamente, lo que hace imprescindible un pacto para investir a un presidente.

González recuerda que ambos partidos -PP (123 escaños) y PSOE (90)- han sido derrotados en las elecciones.

Además, defiende 'un proyecto reformista que supere el inmovilismo practicado durante estos años por Mariano Rajoy y el liquidacionismo que pretende Podemos'.

El socialista denuncia la 'irresponsabilidad' de Rajoy al renunciar a presentarse como candidato para la formación de Gobierno, tal y como le propuso el rey Felipe; y también que no permita que lo intente otro dirigente popular.

El expresidente denuncia asimismo que Podemos plantea 'con disimulo' la autodeterminación -al proponer un referéndum de independencia en Cataluña-, algo que contradice 'un proyecto para España como espacio público que comparten 46 millones de ciudadanos'.

Para el político socialista, el sistema democrático español necesita reformas y cambios regeneracionistas. 'Vivimos una especie de final de ciclo, sin que se abra paso un proyecto reformista imprescindible para España', asevera.