Tokio. Japón aprobó este miércoles la ampliación de sus sanciones unilaterales a Corea del Norte en respuesta al lanzamiento del cohete del domingo, que Tokio y la comunidad internacional consideran una prueba encubierta de misiles balísticos.
El ministro portavoz del Ejecutivo japonés, Yoshihide Suga, anunció la medida durante un encuentro del Consejo de Seguridad Nacional presidido por el primer ministro nipón, Shinzo Abe.
Entre las sanciones se incluye limitar los viajes entre los dos países y la prohibición de la entrada de barcos norcoreanos a los puertos japoneses, incluidos aquellos con fines humanitarios.
Japón, que considera el reciente lanzamiento una 'amenaza directa y grave' para su seguridad y un 'prejuicio para la paz en el noreste de Asia y la comunidad internacional', llevará a cabo además un estricto control de las transferencias de dinero hacia Corea del Norte, indicó el Ejecutivo en un comunicado.
En virtud de las nuevas sanciones, Japón prohibirá la entrada al país a aquellos profesionales involucrados en el desarrollo nuclear y de misiles que hayan viajado a Corea del Norte, y de las embarcaciones de terceros países que hayan estado en el país vecino.
En cuanto a las remesas entre ambos, prohibirá, en principio, todas aquellas transferencias superiores a 100.000 yenes (772 euros/ 870 dólares), a excepción de las que se realicen con fines humanitarios, según recoge el texto.
A pesar del endurecimiento, Suga aseguró que Japón continuará con las conversaciones que mantiene con Corea del Norte sobre los secuestros de japoneses que el régimen llevó a cabo hace décadas.
En julio de 2014, tras alcanzar un acuerdo con el país vecino, Tokio levantó parte de las sanciones unilaterales que mantenía desde 2006 en materia de desplazamientos y de envío de remesas entre ambos países precisamente después de que Pyongyang se comprometiera a reabrir una investigación sobre el asunto.
La decisión de Japón de endurecer su postura hacia el régimen norcoreano llega el mismo día en que Corea del Sur anunciara la suspensión de las operaciones del complejo industrial de Kaesong, único proyecto conjunto de las dos Coreas, como respuesta al lanzamiento del proyectil y la prueba nuclear del 6 de enero.