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Aviones de combate extranjeros mataron este viernes a al menos 40 personas, entre ellas mujeres y niños, en un bombardeo sobre supuestas posiciones de la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico en la ciudad de Sabratah, al oeste de la capital, informaron a Efe fuentes de Seguridad.

Según su relato, el ataque tuvo lugar la pasada madrugada contra un inmueble situado en el barrio de Qasr Talil, en el extrarradio de la ciudad, a medio camino entre Trípoli y la frontera con Túnez, y todas las víctimas del mismo son de nacionalidad extranjera.

'Hay al menos seis heridos graves. Ninguno de los muertos es de nacionalidad libia', afirmó.

El diario 'The New York Times', que cita fuentes anónimas de seguridad occidentales, asegura que los cazabombarderos pertenecían al Ejército estadounidense y que el objetivo era un conocido yihadista tunecino que se había trasladado a Libia tras combatir con el EI en Siria e Irak.

Fuentes de Seguridad locales indicaron a Efe, por su parte, que el objetivo sería un hombre conocido como Nuredine Chouchane y que en la actualidad se está tratando de confirmar si ha fallecido en la operación.

De confirmarse, este sería el primer bombardeo occidental sobre Libia desde que hace un año los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk iniciaran un diálogo bajo la tutela de la ONU para tratar de poner fin a la división y llenar el vacío de poder que amenaza el país.

Además, se produce entre insistentes noticias sobre la posibilidad de una nueva intervención militar extranjera -a la que se oponen los países vecinos-, similar a la que en 2011 contribuyó al derrocamiento de la dictadura de Muamar al Gadafi.

A la brecha política se une la división militar, con tres grandes fuerzas, una en Trípoli, otra en Tobruk y la milicia al mando de Ibrahim Jibran, encargada de defender las instalaciones petroleras, que se combaten entre sí mismas y luchan contra los yihadistas sin coordinación.

Esta situación es aprovechada por grupos yihadistas vinculados al Estado Islámico (EI) y a la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que han ganado terreno y extendido su influencia al resto del norte de África.

En el último año, los yihadistas han consolidado posiciones en la ciudad oriental de Derna, su principal sede, y ampliado el territorio bajo su control, que ahora incluye barrios en Bengasi y la ciudad de Sirte, su bastión más importante en la costa del Mediterráneo.

A principios de enero lanzaron, además, una ofensiva contra los importantes puertos petroleros de Sidrá y Ras Lanuf, que a duras penas fue repelida por la milicia privada que los defiende y han abierto campos en la zona de Sabratah.

Esta localidad, que acoge uno de los conjuntos monumentales romanos más importantes del Mediterráneo, se ha convertido en la primera etapa de los yihadistas que llegan al Libia desde todo el Sahel a través de la porosa frontera con Túnez.

Hace unos meses, supuestos yihadistas asaltaron allí un convoy del embajador de Serbia -que pudo huir a Túnez- y secuestraron a dos diplomáticos.