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Túnez recuerda hoy con una ceremonia y gran mosaico al estilo romano a los 22 turistas extranjeros asesinados hace un año en un ataque yihadista que conmocionó el país, hundió su economía y empañó su transición política.

El mosaico, realizado por artesanos de la región central de El Jem -lugar en el que se levanta el segundo anfiteatro romano mejor conservado del mundo- será colocado a la entrada del museo El Bardo, escena de la masacre.

'Es una iniciativa de la asociación 'Todos somos Bardo' y en el han trabajado durante todo el año cuatro talleres especializados en este arte en El Jem', explicó a Efe uno de los promotores de la idea.

'Es un homenaje a las víctimas pero también una señal del compromiso de la sociedad tunecina que rechaza de plano el radicalismo y está comprometida con la democracia y la libertad', agregó.

La obra salió el mismo jueves de los talleres, ubicados a unos 250 kilómetros al sur de la capital, y llegó escoltada por varios camiones con las banderas de los países que hubieron de lamentar víctimas mortales: Italia, Japón, Polonia, Francia, Rusia, Bélgica, el Reino Unido, Colombia y España.

Tras la instalación del mosaico se celebrará una ceremonia, con interludio musical, en la que participará el gobierno tunecino en pleno, miembros de la sociedad civil, familiares de las víctimas y representantes de los países directamente afectados, con el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault, a la cabeza.

El ataque de El Bardo, perpetrado por dos tunecinos vinculados ideológicamente con la organización yihadista Estado Islámico (EI), fue el primero de los tres que ensangrentaron Túnez en 2015 y sacudieron su frágil transición política.