La tensión racial por los últimos casos de violencia policial contra los negros continúa, tras más de 300 detenciones en protestas durante el fin de semana en Estados Unidos, mientras el presidente, Barack Obama, se prepara para visitar hoy Dallas, donde se realizó la matanza de cinco policías.
Obama, que acortó su viaje a España por la masacre, participará en el homenaje a los agentes muertos junto a su esposa, Michelle; el vicepresidente Joe Biden y el expresidente estadounidense George W. Bush.
Está previsto que tanto Obama como Bush pronuncien discursos en una ceremonia multiconfesional en honor a los cinco agentes asesinados el pasado jueves por un joven exsoldado en una protesta contra la violencia policial.
Obama se reunirá además en privado con las familias de las víctimas y de los nueve heridos, entre los que había siete agentes, para expresarles personalmente 'el apoyo y la gratitud de la nación por su servicio y su sacrificio'.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, señaló que el presidente se reunió ayer, en un encuentro organizado por Biden, con representantes de las fuerzas de seguridad estadounidenses en un encuentro que tenía como objetivo fortalecer la confianza con las comunidades y recalcar el complicado trabajo diario de los agentes.
'La pasada semana fue una semana dura para nuestro país', subrayó Earnest en su rueda de prensa diaria, y agregó que el Gobierno quiere 'asegurar que los derechos de todos los ciudadanos son protegidos, y a la vez que los de los agentes policiales que tienen un trabajo muy peligroso también sean protegidos'.