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Los estadounidenses Sean Copeland, de 51 años, y su hijo Brodie, de 11, fueron identificados hoy como dos de las víctimas del ataque de este jueves durante las celebraciones del Día de la Bastilla en Niza, Francia, que causó 84 muertos.

El diario tejano Austin Statesman confirmó que ambos fallecieron junto con otras 82 personas durante la matanza protagonizada por un hombre de origen tunecino que condujo un camión durante dos kilómetros arrollando a la multitud que se congregaba en el atestado Paseo de los Ingleses, el paseo marítimo de la ciudad.

'Estamos destrozados y en shock por la pérdida de Brodie Copeland, un hijo increíble y un hermano que alegraba nuestras vidas, y de Sean Copeland, un gran padre y marido', indicó la familia, radicada en la zona de Austin en un comunicado.

Padre e hijo habían iniciado sus vacaciones de verano en Pamplona y Barcelona y se encontraban en la Riviera Francesa para celebrar el Día de la Bastilla, fiesta nacional en Francia.

El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó, sin revelar identidades por respeto a la privacidad, que dos estadounidenses fallecieron en el ataque de Niza, que también provocó un centenar de heridos de diversa consideración.

Según compartió un familiar en Facebook, los Copeland se encontraban en Niza celebrando un cumpleaños.

'Perder a un ser querido es duro sin importar las circunstancias, pero perder a un ser querido en una tragedia como esta y de un modo inesperado es insoportable', señaló Haley Copeland, otra familiar, en la red social.

Brodie Copeland era un dedicado jugador de béisbol juvenil y su padre, que trabajaba en una empresa tecnológica, ayudaba en ocasiones como entrenador de niños.