El primer ministro turco, Binali Yildirim, señaló que hasta el momento han sido detenidas más de 7.500 personas tras el fallido golpe de Estado del pasado viernes, entre ellas unos 6.000 militares, 100 policías, 755 jueces y fiscales, así como 650 civiles.
Según el último balance, en total murieron 208 personas que se resistieron al golpe, entre ellos tres soldados, 60 policías y 145 civiles, mientras que 1.491 personas resultaron heridas.
Además, fallecieron 24 soldados golpistas y 50 resultaron heridos, precisó el primer ministro, quien volvió a responsabilizar del golpe al predicador Fethullah Gülen.
Según Yildirim, en los ministerios hay funcionarios que se unieron a la conspiración golpista.
'Hemos empezado a limpiar' el sistema, dijo el primer ministro y precisó que han sido suspendidos ya más de 10.000 funcionarios de diferentes ministerios.
Solo del ministerio del Interior han sido expulsados 8.777 empleados, sobre todo policías y gendarmes, mientras que de los demás ministerios fueron suspendidos unos 1.500 funcionarios.
'Estos números van a cambiar (subir)', aseveró el primer ministro ante la prensa y en presencia de su gabinete.
Pena de Muerte
El Gobierno turco ha abierto la posibilidad de restablecer la pena de muerte en el país dentro de las medidas represivas que se están aplicando tras la fallida intentona golpista.
Yildirim matizó un poco las declaraciones hechas en las pasadas 48 horas y reconoció que si bien el Gobierno debe tener en cuenta las demandas del pueblo siempre debe decidir con cautela.
'Turquía es un Estado de derecho. La gente lo pidió a gritos (la pena de muerte) en las calles. Hacemos política para realizar las peticiones de la gente', dijo.
El jefe del Gobierno sí aseguró que una decisión así no puede tomarse con 'la excitación de estos días' y que es un tema que debe debatirse en el Parlamento.
'No podemos decir ni sí ni no por adelantado', señaló el primer ministro.
La pena capital en tiempo de paz fue abolida por el Parlamento turco en agosto de 2002, meses antes de que el AKP de Erdogan ganara la elecciones con mayoría absoluta y se hiciera con el Gobierno del país.
La eliminación de la pena de muerte fue parte de un paquete de medidas para adaptar la legislación turca a la Unión Europea y permitir así que el país se acercara a una candidatura a entrar en el club europeo.
La propia jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, recordó hoy a Turquía que 'ningún país' puede convertirse en Estado miembro de la Unión Europea si introduce o reintroduce la pena de muerte.
La última ejecución en Turquía se produjo en 1984, poco después de la restauración democrática tras el Golpe de Estado de 1980. Tras ese golpe, unas 500 personas fueron condenadas a muerte, de las que 50 fueron ejecutadas.