El juez brasileño que ordenó este jueves el arresto de diez supuestos simpatizantes del Estado Islámico (EI) que amenazaban con atentados durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 afirmó que la medida busca recoger pruebas sobre si serían capaces o no de cumplir sus amenazas.
El juez decimocuarto federal de la ciudad de Curitiba, Marcos Josegrei da Silva, explicó en una rueda de prensa que los detenidos intercambiaban mensajes en las redes sociales en los que exaltaban el terrorismo y citaban los Juegos Olímpicos como una oportunidad, pero que por ahora no pueden ser acusados de terrorismo.
'No estamos diciendo que son terroristas, que van a cometer esos atentados, que van a cumplir sus amenazas, pero un juez, en una situación de esas, no tenía otra alternativa sino ordenar las prisiones', afirmó el magistrado.
Agregó que los elementos recogidos en los registros hechos en las residencias de los acusados y los interrogatorios a los que serán sometidos podrán determinar si en efecto constituyen una amenaza.
'No estamos haciendo un prejuicio. Nadie fue condenado. No se está afirmando que hay una célula terrorista brasileña en plena actividad', dijo.
'Lo que decimos es que, ante los elementos que surgieron y considerando que consideraban los Olímpicos como una oportunidad, la mejor medida para facilitar la investigación era ordenando su arresto. No puedo decir que es un grupo organizado con finalidad de cometer un atentado terrorista contra los Olímpicos en dos o tres semanas, no lo puedo decir', enfatizó.
Los diez detenidos, todos brasileños, sin aparente ascendencia ni nombres de origen árabes, residentes en diferentes ciudades y que solo se conocían por internet, fueron arrestados este jueves en una operación realizada por la Policía Federal a solo quince días de la ceremonia inaugural de los Olímpicos Río 2016.
Los diez supuestos simpatizantes del Estado Islámico están siendo investigados por los delitos de 'integración o promoción de organización terrorista' e 'iniciación de actos preparatorios para la práctica del terrorismo', crímenes tipificados en la Ley Antiterrorista que entró en vigor en Brasil en marzo pasado.
Según el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, los detenidos integraban una 'célula absolutamente aficionada' y 'desorganizada', que en determinado momento pasó de intercambiar mensajes de apología al terrorismo a mensajes en los que planeaban la compra de armas y la realización de cursos de manejo de armas.
'Además de la compra o el intento de compra de un fusil hay también (en las conversaciones) afirmaciones de que los Olímpicos serían una oportunidad para demostrar actuaciones concretas', afirmó el juez.
Da Silva dijo que se trata de afirmaciones que las personas hacen por internet y que no necesariamente lo que se pregona en el mundo virtual se hace en el mundo real, pero que las detenciones y los registros permitirán obtener elementos que 'puedan confirmar o desmentir' si serían capaces de cumplir las amenazas.
'En un mundo en el que tenemos atentados en diversos países de las formas más diversas y cuando tenemos unas personas en diferentes lugares, sin estar organizados, que exaltan actos terroristas y mencionan que los Juegos Olímpicos están próximos, que van a comprar un arma, que poseen armas, no había otra alternativa', aseguró.
El juez agregó que dos de los detenidos ya fueron condenados por homicidio y que otros dijeron poseer armas.
'Pese a que no tienen una organización muy sólida y solo se comunican en el mundo virtual, se justifica la prisión. La Policía puede concluir que no era nada concreto, que eran conversaciones vacías, no hay problema, así como se ordenó la detención se puede ordenar la liberación', aseguró.
Según el juez, los detenidos tienen entre 20 y 40 años y, pese a que algunos eran más activos en el intercambio de mensajes, no se puede decir que había un líder.
Agregó que el grupo se conoció por Facebook, que sus miembros se identificaban con nombres árabes falsos y que después usaron redes de intercambio de mensajes por teléfonos móviles.
Dijo igualmente que algunos afirmaron haber jurado lealtad al Estado Islámico mediante un ritual previsto en internet pero que al parecer ninguno tuvo contactos directos con esa organización.
El juez afirmó que la operación fue ordenada para facilitar la recolección de posibles pruebas pero que los elementos recogidos por la Policía permiten concluir 'que hay la posibilidad concreta de que esos individuos incidieron en los dos crímenes citados'.
'Hay conversaciones en las redes sociales con afirmaciones de que integrarían una organización terrorista, con exaltaciones a actos terroristas y afirmaciones de que tales actos son nobles y deben ser exaltados', añadió.