El disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde hace 12 días, recibió este domingo la visita de un representante de la Santa Sede en La Habana.
Se trata de la segunda visita de un representante de la Iglesia católica que recibe esta semana el opositor, después de que este sábado estuviera en su casa el obispo de la Diócesis de Santa Clara-Sancti Spíritus, monseñor Arturo González Amador, que acudió a interesarse por el estado de salud de Fariñas.
'Hoy me visitó el encargado de negocios interino y primer secretario de la Nunciatura, José Manuel Alcaide Borreguero. Vino como enviado de la Santa Sede a conversar conmigo', refirió Fariñas, que con su ayuno número 25 demanda al Gobierno el cese de la represión contra los disidentes y un diálogo con la oposición.
Fariñas, premio Sájarov 2010 del Parlamento Europeo por la defensa de los derechos humanos, explicó que el enviado de la Santa Sede le hizo 'un grupo de propuestas', de las que aceptó algunas pero rechazó otras.
Asimismo reconoció que le dio 'potestad para ser mediadores' en una posible negociación y se mostró dispuesto a conversar con la Conferencia de Obispos de la isla.
El sicólogo y periodista independiente, que coordina el ilegal 'Frente Antitotalitario Unido' (Fantu), afirmó estar 'más recuperado' tras su ingreso de un día en el hospital provincial Arnaldo Milián Castro, a donde fue llevado el jueves tras desvanecerse.
Explicó que en el centro médico fue hidratado por vía intravenosa con varios litros de sueros de dextrosa, cloruro de sodio y otros componentes de alimentación parenteral, pero el viernes decidió abandonar el hospital 'bajo su responsabilidad' para continuar la huelga de hambre y sed en su casa.
Fariñas, de 54 años, acumula desde 1995 un historial de más de 20 huelgas de hambre.
Las más recientes hasta ahora databan de 2010, cuando realizó cien días de ayuno, la mayor parte de ellos hospitalizado, para pedir al Gobierno la liberación de un grupo de opositores presos enfermos.