Un millón de ciudadanos claman por la liberación de Pizza, el oso polar encerrado en un centro comercial de la ciudad china de Cantón (sur) cuya salud mental se ha visto deteriorada, denuncian activistas en defensa de los animales.
Un total de 50 organizaciones chinas pidieron este sábado en una carta al Gobierno de Cantón que muestre compasión por el animal, apodado como 'el oso polar más triste del mundo', y presentan un millón de firmas de ciudadanos de todo el mundo que apoyan su causa.
En una rueda de prensa conjunta en Pekín, representantes de estos grupos mostraron a la prensa imágenes del interior del centro comercial, que ofrece a los clientes como 'atractivo' la presencia de animales de toda clase: desde el oso polar hasta un zorro polar o una morsa.
En un vídeo publicado por Humane Society International (HSI), se puede ver a Pizza dando vueltas por el minúsculo espacio en el que se le mantiene, balanceando continuamente la cabeza o pegado a unos pequeños barrotes -su único contacto con el exterior-, mientras los niños golpean la cristalera para que el plantígrado les preste atención y los adultos toman fotografías de la escena.
Según el profesor Alastair Macmillan, experto en veterinaria de HSI, el comportamiento de Pizza muestra 'su frustración y malestar' y alerta de que, si sigue en estas condiciones, su estado mental irá a peor.
'Un centro comercial no es lugar para mantener a un animal salvaje. Pizza ya no podrá volver a su hábitat natural, pero los gestores de los almacenes al menos deberían dejar que viviera el resto de sus días en un espacio donde pueda respirar aire puro y ver la luz del día', señalan desde la Asociación para el Bienestar de los Animales de China en un comunicado difundido por HSI.
De momento, desde el centro comercial se negaron hoy a hablar con Efe sobre el tema, mientras siguen abriéndose instalaciones similares en otros puntos del país.