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La tranquilidad y la rutina de la vida cotidiana en Cuba a penas se alteró este sábado tras conocerse la muerte de Fidel Castro, mientras que los ciudadanos de la isla expresan su pesar, admiración y orgullo por el líder de la Revolución, aunque también con expectativas de cambios para el futuro de la isla.

El tráfico en las calles de la capital cubana era el habitual y el ir y venir de la gente transcurría con absoluta normalidad este sábado después de que el presidente cubano, Raúl Castro, anunciara, al filo de la media noche en una alocución televisiva, el fallecimiento de su hermano Fidel, a los 90 años.