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Las cenizas de Fidel Castro fueron inhumadas ayer en una ceremonia privada celebrada en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, a la que solo asistieron familiares y algunos líderes políticos extranjeros especialmente cercanos al expresidente cubano.

Aunque las autoridades no revelaron detalles del entierro del líder de la Revolución cubana se conoció que las cenizas de Castro descansan cerca de donde reposan, en ese mismo camposanto, algunos de los principales nombres de la historia de Cuba, entre ellos el prócer de la patria cubana, José Martí.

El hermano de Fidel Castro y actual presidente cubano, Raúl Castro, fue quien depositó la urna de cedro con las cenizas del 'héroe de la Sierra Maestra' en el interior de una roca que, según algunas informaciones, fue traída de ese mismo enclave montañoso desde el que el ejército de barbudos protagonizó su lucha guerrillera.

La piedra grisácea, de más de cuatro metros de altura, es similar a la instalada en el Mausoleo del II Frente Oriental, en la montaña de Mícara, donde reposan los restos de Vilma Espín, esposa de Raúl Castro fallecida en 2007.

Según información que trascendió a los medios, a la ceremonia de inhumación de los restos de Castro asistieron los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; y Bolivia, Evo Morales; así como los exmandatarios de Brasil Luiz Inàcio Lula da Silva y Dilma Rousseff, quienes el sábado participaron en el acto celebrado en la Plaza de la Revolución.

Restricciones

Las autoridades cubanas bloquearon el acceso al cementerio tanto a los medios de comunicación extranjeros como a casi un centenar de personas que se aproximó a Santa Ifigenia para intentar acceder a su interior.

Los congregados portaban retratos de Castro y en varias ocasiones profirieron gritos de alabanza al fallecido expresidente.

Alrededor de las 9:00 de la mañana dos horas después de la llegada de los restos al cementerio, el armón que ha transportado las cenizas de Fidel por todo el país salió de Santa Ifigenia acompañado por varios vehículos.

También se pudo observar la salida de algunas de las comitivas de personalidades que asistieron a la ceremonia.

Los restos de Castro se unen así -no sin la correspondiente controversia- a los de las principales figuras del nacionalismo cubano.

En Santa Ifigenia descansan también el prócer nacional José Martí; el padre de la patria cubana, Carlos Manuel Céspedes; y la madre de los generales independentistas José y Antonio Maceo, Mariana Grajales, considerada la matriarca y principal encarnadora del valor de la mujer cubana.

El último viaje de Fidel Castro se inició ayer a las 6:40 de la mañana, hora local, cuando la urna con sus cenizas salió de la Plaza de la Revolución de Santiago de Cuba, donde los restos del líder cubano pernoctaron, con destino al cementerio.

El recorrido

Como ha sido la norma desde que el miércoles los restos de Castro abandonaron La Habana para recorrer a través de la Carretera Central los casi 1.000 kilómetros que separan la capital cubana de Santiago, el día se inició con el protocolo del traslado de la urna al armón que la transporta.

Ayer, el encargado del protocolo ha sido el teniente coronel José Luis Peraza López, segundo Jefe de Departamento de Preparación de Infantería Física y Ceremonia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Peraza López fue también el encargado de trasladar en 1997 los restos del Ernesto ‘Che’ Guevara de La Habana a su lugar de descanso final, en la ciudad central de Santa Clara.

El recorrido final de la urna, que duró 20 minutos, fue presenciado por centenares de personas que se situaron a ambos lados de las calles por las que circuló la caravana, para dar el último adiós al expresidente.

El cortejo fúnebre de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo al cementerio de Santa Ifigenia estuvo acompañado por el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, general de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías y los viceministros, generales de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín y Joaquín Quinta Solás.

Fidel Castro llegó a su destino final en Santiago de Cuba después de que sus restos recorriesen todo el país siguiendo la Carretera Central en sentido inverso al viaje que el líder revolucionario efectuó en 1959 para hacerse con el poder.