El Departamento de Estado de EEUU aseguró ayer que las negociaciones para lograr un alto el fuego en la ciudad siria de Alepo siguen en marcha, después de que Moscú asegurara que las fuerzas gubernamentales sirias habían suspendido sus ataques para permitir la salida de civiles.
La portavoz del Departamento de Estado Elizabeth Trudeau confirmó que Kerry y Lavrov hablaron este jueves por teléfono para acordar 'continuar los contactos para establecer un marco para un alto el fuego que permita el envío de ayuda humanitaria a Alepo'.
En una rueda de prensa, Trudeau también confirmó que Kerry y Lavrov se reunirán este fin de semana en Ginebra para tratar asuntos 'técnicos' relativos al alto el fuego en Alepo, escenario de una grave crisis humanitaria por la destrucción tras más de cinco años de guerra civil.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, adelantó que las fuerzas armadas sirias suspendieron su ofensiva en la mitad oriental de Alepo para facilitar la mayor evacuación hasta el momento de civiles, que calcula que serán unos 8.000.
Asimismo, reveló que ha acordado con Kerry la reanudación de las consultas sobre la salida de todos los combatientes contra el régimen del líder sirio, Bachar al Asad, del este de Alepo.
La portavoz aseguró que los esfuerzos de Estados Unidos se han centrado en 'bajar la escalada de violencia' y asegurarse de que la ayuda humanitaria llega a los civiles que aún permanecen en la ciudad, al tiempo que no quiso comentar si Washington ha constatado el alto el fuego de las fuerzas sirias.
Lavrov, no obstante, advirtió de que aquellos combatientes que se nieguen a abandonar la ciudad serán tratados como terroristas vinculados con el Frente de la Conquista del Levante, el antiguo Frente Al Nusra, vinculado en su momento a Al Qaeda.
Además, criticó a sus colegas europeos por denunciar la catástrofe humanitaria en Alepo, pero no hacer nada para evitarla, mientras Rusia suministra ayuda humanitaria a la población desde hace meses y ha abierto dos hospitales de campaña en la zona. Lavrov también afirmó que el Ejército sirio suspendió su ofensiva en el este de Alepo para facilitar la mayor evacuación hasta el momento de civiles de esa parte de la ciudad. Efe
Muere un turista italiano baleado en una favela de Río de Janeiro
Roberto Bardella entró por error en el ‘Morro dos Prazeres’. Recorría Sudamérica en moto en junto con su amigo Rino Polato.
Un turista italiano murió ayer tras recibir un disparo en la cabeza después de acceder por error a una favela de Río de Janeiro, informaron a Efe fuentes policiales.
El fallecido, identificado como Roberto Bardella, y su compatriota Rino Polato, que viajaban en moto, se adentraron por error en el ‘Morro dos Prazeres’ en las proximidades del barrio de Santa Teresa, guiados por una aplicación de navegación por GPS, según informó la Policía Civil de Río de Janeiro.
Los dos turistas 'fueron recibidos a tiros' y posteriormente, obligados por los criminales a 'meterse en un coche', donde estuvieron rehenes mientras el vehículo circulaba por la comunidad.
En un momento determinado, los captores decidieron liberar a Polato ya que no poseía ninguna cámara en su casco, al contrario que Bardella, agregó la información.
Bardella recibió un disparo en la cabeza y su cuerpo fue encontrado en una de las calles de la favela, mientras que Polato fue rescatado en uno de los accesos a la comunidad por agentes de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), según medios locales.
El Departamento de Homicidios de la Capital de Río de Janeiro señaló en un comunicado que investigará el caso y el Batallón de Operaciones Especiales (Bope) ha desplegado un operativo en la favela.
Según las investigaciones preliminares, Bardella, de 52 años, y Polato, de 59, habían emprendido un viaje para recorrer en moto varios países suramericanos que les había llevado ya a Paraguay y Argentina antes de llegar a Río de Janeiro, donde se hospedaron en un hotel de Copacabana, a fin de conocer los puntos más turísticos.
La violencia en las favelas de Río ha crecido en los últimos meses por la guerra abierta entre bandas por el control del narcotráfico y por la crisis económica que atraviesa el estado, que se ha traducido en una menor presencia policial.