El Gobierno de Estados Unidos deportó a 450.954 inmigrantes indocumentados en el año fiscal 2016, un 2,5 % menos que en el ejercicio anterior, según datos facilitados este viernes a la prensa por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Las 450.954 deportaciones de este año fiscal 2016 (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016) suponen un descenso del 2,5 % con respecto al año fiscal previo, cuando las autoridades migratorias efectuaron 462.463 repatriaciones.
Aunque las deportaciones bajaron, el número de detenciones de inmigrantes indocumentados creció y se situó en 530.250, lo que supone un incremento del 30,41 % con respecto al año anterior, cuando se realizaron 406.595 arrestos.
Este incremento en el número de detenciones muestra que un mayor número de inmigrantes está tratando de cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos, una tendencia que alcanzó su punto de mayor repercusión mediática en 2014, con la llegada de miles de niños no acompañados procedentes de Centroamérica.
Los datos publicados no incluyen las 46.191 detenciones de octubre y los 47.214 arrestos de noviembre, meses en los que se ha registrado un inusual aumento de la entrada clandestina de extranjeros en el país.
El repunte en los últimos meses ha acercado las cifras a niveles de 2014 y ha mostrado que se mantiene el perfil de inmigrantes en lo que el Gobierno llama 'unidad familiar', es decir padres o madres que llegan a EEUU con sus hijos y que en su mayoría provienen de El Salvador, Guatemala y Honduras.
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Según varias organizaciones, algunos inmigrantes han acelerado su viaje a Estados Unidos por temor al presidente electo, Donald Trump, que asumirá el poder el 20 de enero y que durante la campaña electoral prometió construir un muro con México y deportar a los once millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en EE.UU.