Compartir:

Los escándalos por supuestas actuaciones racistas de la Policía se multiplican a pocas semanas de las elecciones en Holanda, a pesar de la puesta en marcha de una aplicación móvil para investigar las denuncias de detenciones por 'perfiles étnicos'.

'Cuando cometemos errores nos responsabilizamos de ellos, pero si nos acusan con falsedades, reaccionamos. No lo vamos a aceptar', dijo ayer Paul Musscher, jefe de la Policía de La Haya.

Musscher se refería al último escándalo que les relaciona con la supuesta detención racista y uso de la violencia contra una abogada negra estadounidense, que estaba en periodo de prácticas en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya.

La letrada denunció su caso en las redes sociales, afirmando que acabó 'magullada y herida en el hospital' después de que la policía la arrestara 'con violencia' por saltarse las normas de tráfico y negarse a mostrar su identificación.

La policía negó las acusaciones y presentó una queja oficial ante la CIJ, quien por su parte presentó ayer una disculpa a los agentes por 'falsas acusaciones' de racismo. Este suceso, aunque falso, no hizo más que añadir leña al fuego a una situación delicada en un país tradicionalmente conocido por su tolerancia a los extranjeros.