El presidente de Ecuador, Rafael Correa, apostó por una América Latina más integrada 'para, como bloque, tener más presencia mundial' y negociar en mejores condiciones con EEUU, la potencia hegemónica del continente.
'El mundo del futuro será un mundo de bloques', vaticinó el mandatario y doctor en economía en una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid.
Según Correa: 'la integración de la región es una cuestión sumamente importante para el futuro de los pueblos latinoamericanos'.
En paralelo, el mandatario ecuatoriano cree que en el proteccionismo que defiende el presidente Donald Trump puede haber oportunidades si cada país recupera sus capacidades nacionales.
'El proteccionismo no es mala palabra si sirve para proteger a los pequeños productores', explicó.
A su juicio, los países que apostaron por el aperturismo con Estados Unidos tendrán problemas, es el caso de México, cuyo tratado de libre comercio con su vecino le traerá ahora grandes pérdidas, aunque, dada la potencia de la economía estadounidense, reconoció que también Ecuador también los va a tener.
Por otro lado, Correa defendió la naturaleza política de la economía, frente a los que le atribuyen un carácter técnico.
'Primero la decisión política con legitimidad democrática y después debe venir la técnica', afirmó, y defendió un control político del sistema financiero.
Dijo que 'lo más grave que se ha hecho a la economía es quitarle el carácter político', e insistió en que 'el fin de la economía no es cuadrar cuentas, no es contentar al Fondo Monetario Internacional y al capitalismo financiero (...), es el bienestar humano'.
Antes de esta conferencia, Correa se reunió con Felipe VI, el canciller ecuatoriano Guillaume Long, el secretario de Estado español de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando García Casas, y los embajadores de ambos países.